Europa es la nueva región en crisis. Es la crisis del capitalismo decadente y rapaz. La precipitó el FMI, que en el marco de un endeudamiento externo masivo como el de Grecia, impuso sus políticas neoliberales, mal llamadas de “ajustes” y “austeridad”, de elevadísimo costo social.
Ha significado para los trabajadores mayores sacrificios, reducción de salarios y pensiones, despidos masivos, afectación a los servicios de salud, educación, etc. Para los Estados, más deuda para pagar deuda, inestabilidad política y social; “burbujas” especulativas y conflictos de todo tipo.
Para los migrantes, despojo de sus viviendas hipotecadas y mantenimiento de las deudas, eliminación de servicios asistenciales, agudización de la xenofobia y mayores maltratos y discriminación. Toda una guerra social perversa.
En medio de ella se acentuaron las políticas guerreristas y neocoloniales. El apoyo a la invasión a Libia y el atraco de sus reservas internacionales. Mayores restricciones comerciales contra América Latina. El recrudecimiento de la política de conquista, caso Malvinas.
Los pueblos han resistido y resisten. Millones de hombres y mujeres indignados han puesto a tambalear los gobiernos, alcahuetes del gran capital, los imperios. En España, los falsos socialistas, que enviaron tropas a Libia, fueron sacados del poder, al que accedió la ultraderecha que agrede más al pueblo, con un rey dedicado a masacrar elefantes en África.
En Grecia, las fuerzas progresistas avanzan; en Serbia, sectores reformistas ganan posiciones. En Italia, las fuerzas democráticas retoman presencia; y en Francia, la izquierda castiga al pendenciero Sarkozy y gana las elecciones con Hollande. Ojalá que, con este ejemplo, en efecto cascada los pueblos logren imponer gobiernos progresistas.
Ecuador no escapa a la crisis e ira del capitalismo en crisis. Sufrió dificultades para el comercio. El Tribunal de Arbitraje de La Haya, con las reglas neocoloniales del Centro Internacional de Arreglo a Diferencias Relativas a Inversiones, Ciadi, ha fallado a favor de la petrolera estadounidense Chevron, pretendiendo que el país pague $ 90 millones “por retraso en la administración de justicia”, desechando un pedido de nulidad, ya que sus demandas fueron resueltas por tribunales locales, lo que el canciller Patiño calificó de gravísimo, exhortando a que en nuestra región se creen órganos propios para controversias.
Por otro lado, la crisis de la Unión Europea es un problema para EE.UU. En ese grave cuadro geopolítico, América Latina debe reforzar la integración para defenderse, unir fuerzas por la Confederación de Estados de América Latina y el Caribe, Celac. Es una vía, parte del ideal bolivariano.
América, sin EE.UU. y Canadá, debe hacer fuerza frente a ellos en los quehaceres comerciales y financieros, sin presiones, con soberanía, sin expoliaciones militares de todo género.
Que los pueblos de Europa, cuna de la democracia y el socialismo, salgan victoriosos.