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El Telégrafo
Pablo Ruiz

El eterno no retorno

24 de marzo de 2022

El déficit democrático cada vez se ahonda más y es preocupante el no retorno. Pocos ecuatorianos confían en los valores de la democracia y en la democracia como forma de gobierno. Así como pocos confían en la institucionalidad y en lo que cada organismo representa. Expresiones como “es mejor la mano dura para arreglar esta situación” respalda lo primero. Expresiones como “la Asamblea debe desaparecer porque no sirve para nada” respalda lo segundo. Ambas declaraciones son parte ya del convivir democrático en el país.

Esto ha sucedido porque la calidad de democracia es directamente proporcional a la capacidad de respuesta de nuestros gobernantes y también a la transparencia de nuestros representantes. Es decir, a menor capacidad de traducir lo prometido en hechos, de materializar la propuesta, menos confianza en la democracia, por ende, menos calidad democrática. A menor defensa teórico-práctica de la transparencia como eje transversal de la política por parte de nuestros representantes porque, por ejemplo, se encuentran inmiscuidos en casos de corrupción, menos confianza en la democracia, por ende, menos calidad democrática. En ambos casos mayor déficit democrático, peor aún con la aparición de propuestas como la necesidad de consultas populares, constituyentes o muertes cruzadas, entre otras, que, si bien sanan las ansias, repito ansias, de verdadera transformación por la desesperación en la no consecución de resultados políticos, no hacen más que profundizar el problema aún más.

Asambleístas que no saben por lo que votan, asambleístas que no leen o peor aún no tienen comprensión lectora. Un gobierno que dijo mucho, pero consigue poco, un gobierno que marcó agenda en campaña y ahora se contradice, produce que la gente solo diga “a la casa todos”, y volvemos al principio del ansia. Esa tensión de gobierno y parlamento, nos dice en el fondo que la muerte cruzada es lo mejor, pero ¿en qué se diferencian unas futuras elecciones con la misma clase política (incapacidad y falta de transparencia), con pocas excepciones, si la muerte cruzada cabe?

En nada, sentiremos el placer cortoplacista de que hicimos algo, pero a largo plazo poco sucederá. Si no cambian las reglas del juego para fortalecer la democracia, las instituciones, exigir capacidad de respuesta a los representantes de cualquier función, todo ello a raíz del cambio de nuestra cultura política, ningún cambio verdadero pronto tendrá luz, sino que seguiremos sembrando el eterno no retorno de la política.Edito

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