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El Telégrafo
Simón Valdivieso Vintimilla

Esperemos que…

02 de julio de 2021

Esperemos que no se caiga  como ocurrió con el Notario Cabrera de Machala. Es la expresión de una mujer según un reportaje de prensa  cuando es avistada haciendo una cola inmensa para llegar donde el captador de dinero a a un interés  de la bicoca del 90% semanal sobre el capital invertido, en la ciudad de Quevedo.

Y es este hecho sin lugar a dudas delictuoso que raya en la estafa no es de hoy sino de todo un tiempo como bien lo recuerda la señora de la nota periodística, pues años atrás un ciudadano embestido de autoridad como es un Notario hizo de las suyas por lo apetitoso que resultaba entregar dinero a cambio de un jugoso interés que la banca no lo podía dar; anzuelo en el que cayeron miles de personas de todo el país, principalmente de la región sur y que tuvo en sus filas  incluso a servidores públicos que dando gracias a Dios como diría la abuela de la casa en esa época no se investigaba la procedencia del dinero, y que con el paso del tiempo llegaron a ubicarse en altos puestos de la función pública, sin rubor porque el ansia del poder no tiene dique moral ni ético.

La historia se repite. En el caso en comentario se ha visto a militares y policías haciendo cola todo ellos uniformados amén de familias enteras que han pasado el sombrero para juntar el capital y entregarlo al “empresario”, al multiplicador del dinero y encantador de serpientes.  Y claro de este tipo de estafa piramidal se han dado muchos en la historia reciente del país, sin que la justicia haya podido hacer algo, sin embargo los “incautos” adoradores de los dioses Pluto y Jano,  que son  la personificación de la riqueza en la mitología  griega y romana no aprenden la lección. Y claro aquí cabe aquello de que la avaricia rompe el saco.

Mañana de seguro estarán a las puertas de la Fiscalía y la Corte Nacional pidiendo justicia porque han sido estafados como aquellos ciudadanos del siglo pasado que fueron a dejar dinero en la ciudad de Machala y no pudieron recuperar las últimas inversiones porque el Notario palmó. Mientras tanto “Don Naza” de chiro a empresario.

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