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El Telégrafo

Epistemología y Medicina

01 de enero de 2012

La Epistemología, rama de la Filosofía, estudia el conocimiento, su dinámica e interrelación. Al contrastar la verdad con las creencias, fundamenta los fenómenos y procesos para llegar a conocerlos.

En la actualidad se discute sobre la posición de la Medicina dentro del quehacer de las ciencias y si esta, por sí sola, es una ciencia o una práctica social. De ahí que el filósofo contemporáneo Mario Bunge distinga cinco categorías para poder definir a la Medicina: ciencias básicas, que buscan desinteresadamente la verdad; ciencias aplicadas, que buscan verdades utilizables; la tecnología y la técnica, que diseñan o producen elementos utilizables; la ciencia biosocial, que estudia procesos conjuntos biología-sociedad (Epidemiología y Demografía); y las actividades biosociales, como la asistencia sanitaria. Tales categorías pueden estar aisladas o conjugadas.

La Medicina en sus inicios fue empírica y descriptiva, es decir, utilizó la experiencia como sustrato de su práctica social. Luego, con el aporte de las ciencias formales y su explicación sobre los fenómenos humanos, la Medicina se volvió científica, fundamentando sus prácticas en el conocimiento proporcionado por la ciencia con base en evidencias. Así, frente a una enfermedad, el médico conjetura sobre el origen de la misma, postula hipótesis y el tratamiento lleva a comprobarla si el paciente cura, o negarla en caso contrario.

La Medicina utiliza los conocimientos que le proporcionan las ciencias y los encamina a una asistencia científica de las personas, por lo tanto es una práctica social. Por ejemplo, la Fisiología Cardiovascular y la Fisiopatología dan la base para el entendimiento de enfermedades, la Farmacología brinda herramientas bioquímicas y moleculares para volver al organismo a su estado sano. El médico aglutina la información recibida (síntomas y signos más pruebas de laboratorio) y propone su hipótesis diagnóstica sobre la cual trabaja con un tratamiento, a veces empírico o el que estadísticamente ha mostrado ser el más exitoso. Para Bunge, esto se llama análisis inverso, pues obteniendo los efectos se averigua la causa.

Hoy en día la enfermedad ya no solo se centra en la causalidad ni esta es única. La visión del enfermo es integral; el ser humano es visto como un organismo complejo, que en sus interacciones con el medio y dentro de la sociedad vive en salud o enferma. Por tanto, la Medicina sobrepasa las bases que le da la ciencia y se convierte en una práctica social, de asistencia, solidaria y de beneficio general, basada en ciencia y tecnología.

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