Publicidad

Ecuador, 15 de Noviembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

“Epidemia de idiotez”

18 de febrero de 2012

La frase completa fue: “Hay una gravísima epidemia de idiotez”, así lo dijo un analista económico, en un canal de televisión privado, a propósito de la ratificación de la condena contra diario El Universo. Para este analista existe un silencio cómplice por parte de la ciudadanía al no manifestarse en contra de la sentencia del día jueves.

Y esto dice mucho de quienes consideran que, a partir de ser personajes mediáticos, son fiel reflejo de la opinión pública y si esta no coincide con lo que dicen, entonces ese público, simplemente, es idiota.

Se puede debatir mucho acerca de lo sucedido con el caso del diario El Universo, pero el que la ratificación no haya sido de gusto de estos personajes, no justifica que se insulte de semejante forma a los televidentes.

Es de pleno derecho manifestarse en contra de lo resuelto, pero de eso llegar a decir que la gente es idiota, denota una profunda gravedad en la concepción de la comunicación, sus fines, sus objetivos y evidencia cómo un profundo pensamiento e ideología de lo privado hacia lo público inunda el quehacer de estos medios. Otro analista por ahí, en una radio de Quito, manifestaba, acusaba, ferozmente, que la capital es culpable de lo sucedido porque los quiteños no salieron a repudiar la ratificación de la condena.

¿Cómo entender que opiniones privadas cargadas de moralismos y prejuicios sean el material de análisis en algunos de los  medios privados de comunicación? ¿Acaso esto fomentará el debate, el análisis, la elaboración de argumentos?

Por supuesto que no. Queda claro que lo que se demuestra es una visión privada del valor de la información y de los procesos comunicacionales, es decir, que prima una fuerte mercantilización de la comunicación y, quizás, no es un problema de individuos, sino que la historia mediática del país, lamentablemente, se forjó desde las formas privadas y con una pobre presencia mediática de lo público.

Recordemos la batalla que los medios privados dieron ante las iniciativas de constituir medios públicos y peor respecto a los comunitarios. Otro resultado es que estos “comunicadores”, no profesionales, asumen el proceso comunicativo como algo natural, por lo cual, la profesionalización no tiene mucho sentido y da como resultado el que se diga a un público masivo que es idiota.

Y, por último, como la gente no dice nada, ese silencio, que lo interpretan como complicidad, es producto de que la gente, por ser beneficiada de una fuerte inversión social, se ha convertido en seguidora sin criterio, ni conciencia.

El típico argumento elitista de quienes se consideran, social y naturalmente, por encima de la masa social. Incluso sectores de ciertas izquierdas apoyan este prejuicio. Y, claro, la mente mercantil que domina lo reduce todo a que si son cuarenta millones, seis millones, o cualquier cantidad, importando poco qué es lo que se está jugando en el  mediano plazo para el país. Apremia desprivatizar la opinión pública ecuatoriana.

Contenido externo patrocinado