España se empobreció a un ritmo de 8% entre 2008 y 2011, y sigue a pasos agigantados. En Madrid el espectáculo es deprimente. En la Gran Vía abundan los mendigos. A pocos pasos del hotel Emperador, una mujer tendida en el suelo, exhausta, a la espera de una limosna.
Más adelante, en la Plaza del Callao, un hombre, ocultando su cara contra el suelo, levantaba un vaso de cartón pidiendo dinero para comer. En la Plaza Neptuno, cuando con mi esposa nos dirigíamos a Starbucks, una media docena de mendigos pedía comida. A la salida me abrazaba conmovido uno de ellos al entregarle una taza de café con una galleta.
No tuve tiempo de averiguar qué hace el Ayuntamiento al respecto, pero vi en la TV pública el programa “Entre Todos”, que convoca diariamente a la solidaridad y canaliza dignamente peticiones de ayuda. Toñi Moreno, la animadora, es el alma del programa; arranca solidaridad de las entrañas de quienes llaman para ayudar y va resolviendo casos con gran tacto con los necesitados.
Vi resolver, entre otros, el de una mujer traicionada por su marido, que la dejó embarazada con una niña y sin empleo; no tenía para darle lo elemental, comida y educación. Necesitaba 6.000 euros para montar una cafetería. Los obtuvo, además del dinero para la educación de su hija por un año. Un joven emprendedor había logrado sacar licencia para conducir un taxi, pero el banco le había negado el crédito de 17.500 euros para adquirir el vehículo. En el programa obtuvo todo el monto y el seguro del taxi por un año.
La solidaridad que se suscita es tal que se reciben llamadas de toda España y aun del extranjero. Desde agosto, cuando se inició el programa, van más de 5.000 llamadas.
Podría seguir enumerando casos, pero debo hacer unas, reflexiones:
1-El programa crea conciencia, suscita solidaridad, virtud fundamental para que entre todos se enfrente el problema de la pobreza. Una niñita llamó conmovida para ofrecer 50 euros que tenía en su alcancía.
2-Se ayuda a resolver emergencias, pero el empeño es dar la caña para pescar. Se recogen sumas altas para que el necesitado pueda establecerse con una pequeña empresa, un taxi, beca para estudiar, etc. En un mes han creado 22 empresas.
3-La solidaridad proviene en casi su totalidad de los que tienen menos, algunos son jubilados. No hay llamadas de los muy ricos; sabemos lo que piensan del pobre. La solución se va construyendo de abajo hacia arriba. Habrá que forzar la implementación de un sistema alternativo de creación y distribución de riqueza.