Paradójico y triste: medios y banqueros ahora hablan de excesivo gasto público. Y son ellos los que llaman a regalar tarjetas y los que nos invaden de publicidad gritando: “Gasten, consuman, compren”.
Entrevistados en su propio círculo, hablando el mismo lenguaje, entendiéndose de maravillas, sostienen y afirman una sola postura: la culpa del endeudamiento es del Gobierno. Sí, como siempre, la culpa es del otro.
Los medios, sobre todo la televisión, junto a los banqueros (antes la misma cosa y siempre en la misma lógica de mercado), construyen a diario el ideal del momento feliz, del absoluto goce individual, ya no de la vida buena.
Digan lo que digan las cifras están ahí: la publicidad se triplicó en los últimos cinco años y sobre todo la del absoluto consumo. Se venden/anuncian carros, celulares, electrodomésticos, viajes y ropa a montones.
Los diarios hacen “reportajes” de las marcas mundiales que se instalan en los grandes centros comerciales (los escenarios del consumo).
Pero para ellos, para los que regalan tarjetas e ilusiones consumistas, la culpa es del gasto público. Y son los mismos que “detestan” las cadenas nacionales informativas y los spots publicitarios oficiales que proponen otros valores culturales y sociales.
¿Será cierto que la presión sicológica de la publicidad hacia el consumo estimula la ansiedad de comprarlo todo para sentirnos seguros de que estamos bien? Si como se llaman a sí mismos (banqueros y medios) servidores de la sociedad, no confiesan su afán de lucro, ¿podrán reducir ese estímulo consumista para que el “gasto público” no se vuelva en contra nuestra? ¿Y para que ello ocurra serán tan bondadosos de ofrecernos menos publicidad, ofertas, concursos, programas, mujeres y hombres guapos, viajes y ensueños consumistas?
Y paradójico y triste también: en tiempos de Revolución Ciudadana, con el incremento de la calidad de vida de las capas medias y bajas, quienes más han ganado con ello han sido los banqueros. La banca tiene una liquidez de 3 mil millones de dólares y por eso anda a la caza de clientes y de consumistas, gracias también a su alianza con ciertos medios que gozan del buen momento para la publicidad.
La alerta la lanzó el propio Rafael Correa. “Nos estamos sobreendeudando”. Y como dijo que habrá controles, saltaron hasta el techo y desde hace dos semanas medios y banqueros construyen un solo mensaje mediático y cultural: la culpa es el gasto público. Y siguen publicitando y llamando a usar tarjetas.
Alguno que otro reportaje habla del daño a la economía familiar por el consumismo, pero en los spots publicitarios -sobre todo por el Día de la Madre, del Padre o del Niño- incitan a comprar y gastar sin freno alguno. ¿Cómo se llama eso? ¿Hipocresía cómplice de medios y banqueros? ¿No?