Recientemente fue María Belén Bernal. Antes de ella fueron muchas. Sí, una cantidad importante de compañeras mujeres han perdido su vida por manos de ciertos compañeros hombres, sea producto de la irracionalidad, de desajustes mentales o neurológicos, o seducidos por la propia maldad. Injustificable siempre, en todo caso.
Si tú, compañero hombre, has recibido varias alertas por parte de tu hermana, de tu madre, de tu pareja (mujer), por tener una actitud violenta… evita contradecir, negar, o ‘mirar para otro lado’ y dilatar. Actúa con sensatez, aléjate y busca ayuda profesional (psicológica o psiquiátrica). Y para nuestras compañeras mujeres, me parece interesante meditar en la frase de la Doctora Nancy Álvarez, psicóloga y sexóloga: “… inútil seguir a lado de quien genera tanto dolor, creyendo que es lo que merecemos, habiendo más adelante “una casa de concreto y con vista al mar” (una metáfora que representa que hay siempre alguien emocionalmente más sano, y que es lo que al menos nos merecemos)”
Por ella, por quienes se nos han adelantado de esta tierra, forzadas, paradójicamente, por voluntad humana seducida bajo los efectos de quien representa al mismo mal… esta columna, en honor de quienes han sido víctimas de femicidio, o feminicidio, o como la sociedad (humana e imperfecta) quiera adjetivar: el siguiente espacio en blanco como un tributo a sus vidas, quienes forzosamente fueron empujadas a ser mártires. Que el buen Dios las tenga en su santa gloria.