El día de ayer, domingo 18 de octubre, Bolivia vivió un proceso electoral cuyos resultados oficiales todavía no se conocían hasta el cierre de la jornada. Pero según los sondeos a boca urna, Arce ganaría las elecciones en la primera vuelta seguido por Mesa.
Estas elecciones han sido muy particulares, pues el contexto de la pandemia redujo la campaña y los debates a las redes sociales De las 8 candidaturas, los dos finalistas son Luis Arce y Carlos Mesa.
El primero, es el candidato de Evo Morales, fue su ministro de finanza y ha sido un hombre leal al ex presidente. Economista de 57 años que trabajó en organismos internacionales y en el Banco Central. Su campaña electoral ha sido dirigida desde Argentina donde se encuentra prófugo el ex presidente quien ya anunció que volverá a Bolivia el mismo día que Arce gane la presidencia.
El segundo, es candidato por el movimiento Comunidad Ciudadana, 10 años mayor a su contrincante fue vicepresidente en 2003 cuando Gonzalo Sánchez de Lozada se vio obligado a renunciar la presidencia. Su origen está en los libros, creció en un hogar de historiadores y se dedicaba al periodismo hasta que entró a la política. Después de su paso por la presidencia, fue un embajador relevante en uno de los mandatos de Evo Morales cuando se inició la batalla legal contra Chile ante La Haya. Ahora se lo considera como un político de centro que apuesta por la reconciliación nacional y la revitalización de la economía.
Pero ¿cuáles son las urgencias de la población boliviana en medio de este panorama político?
Como pasa en casi toda la región, Bolivia enfrenta una grave crisis económica. Los analistas anticipan que podría venir la recesión más fuerte de los últimos 40 años. Desde noviembre de 2019 en que Evo Morales salió el país, el gobierno interino de la derechista Jeanine Áñez ha pasado momentos muy críticos sobre todo por el majeo ineficiente de la pandemia.
Estas elecciones son las primeras en 20 años que Evo Morales no participa de manera directa como candidato. La falta de claridad en los resultados electorales ha generado mucho nerviosismo en el país y en su comunidad migrante más numerosa que vota en el exterior radicada en Argentina que cuenta con más de 142.000 bolivianos habilitado para votar.
El pueblo boliviano también, como pasa en el Ecuador, está fragmentado. El larguísimo periodo de gobierno de Morales logró consolidar valores simbólicos en la población indígena que es mayoritaria y que se encontraban históricamente relegados. Pero no logró mejorar la calidad de vida de esos ciudadanos, ni de otros. No se revirtió el nivel de pobreza y se apeló a enfrentamientos sociales. Con sacrificios en libertades fundamentales y muchos cuestionamientos a la calidad de la democracia, no en vano pasaron dos décadas sin posibilidad de alternancia política. Las próximas horas nos darán luces de cómo se presenta el futuro para el noble pueblo boliviano.