Las próximas elecciones en el Ecuador se caracterizan por la ausencia de partidos sustituidos por alianzas y organizaciones políticas coyunturales; la densidad de candidatos y el predominio de dos tendencias difíciles de identificar en términos ideológicos puros, de acuerdo a los planes de trabajo inscritos en el CNE, aunque diferenciadas por proponer una mayor o menor participación del Estado, conservando la estructura socio económica. Al menos en el discurso, la tercera opción plantea un nuevo pacto eco social.
El alto número de candidatos en correspondencia con organizaciones políticas demostraría una dispersión del poder, reflejo de la complejización de la realidad social y económica del país, frente a un momento especial de la globalización capitalista, caracterizada por la crisis económica - sanitaria y la desaceleración de las potencias.
En Ecuador el problema de la correlación de poder ha estado ligado históricamente a las regiones derivadas de la estructura colonial, algunas de las cuales se especializaron como centros productivos y puntos de enlace con el sistema mundial en la Época Republicana. La Costa y las dos regiones de la Sierra son campos de poder político, que se reflejan en las opciones presidenciales de cara a las próximas elecciones.
Aunque el tema regional está presente, un elemento más importante, aunque opaco, es la influencia de los grupos económicos que conviven en disenso. Históricamente los industriales se han enfrentado a los comerciantes, quienes durante las etapas de bonanza ganan más y por lo tanto apoyan gobiernos que favorezcan la importación con menos restricciones. Los grupos de poder se hicieron más complejos con el surgimiento de especialistas en vender servicios al Estado, dentro de los cuales se encuentran además los constructores. Los bancos, por su parte, constituyen en sí mismo un conjunto fragmentado, que compite en medio de intereses regionales y locales. No quedan lejos dentro de este mapa, un segmento clientelar burocrático dirigente.
Con las excepciones del caso, podemos decir, entonces, que uno de los “clivajes” para entender la gran cantidad de candidatos, tiene que ver con la complejidad y a la vez fragmentación de los grupos de poder políticos y económicos ecuatorianos, que se medirían con ropaje político en la próxima Asamblea, creando condiciones de inestabilidad. (O)