Gabriela Rosas
Docente de la UIDE
Las reformas al Código de la Democracia (febrero, 2020) representan un salto cuantitativo para la consolidación de la democracia paritaria en el Ecuador. Pero requiere práctica para valorar los avances cualitativos en esta materia.
De acuerdo al PARLATINO la democracia para la igualdad de género hace referencia a tres ejes fundamentales: electoral, organizacional y programático; a fin de garantizar que todos los procesos de selección de candidaturas, utilicen criterios ordenadores; que respeten y promuevan la igualdad sustantiva; y que, la representación y organización territorial aseguren la participación partidaria.
Para ello los avances en la expedición de los reglamentos que aplicarán las reformas al Código de la Democracia para las elecciones 2021 son clave. Al momento, el Consejo Nacional Electoral (CNE) aprobó 10 reglamentos que regirán las elecciones en el 2021, nueve aún deben ser aprobados y siete transversalizan el enfoque de género. Asimismo, el TCE aprobó el Reglamento de Trámites y Procedimientos.
Los reglamentos que expida tanto el CNE como el TCE deben profundizar sobre la posible exclusión a las mujeres en distritos o circunscripciones donde tradicionalmente hay déficit de participación y presencia de mujeres; así como, garantizar que el porcentaje de encabezamientos de lista a través de alianzas electorales no vulneren el 15% que se debe aplicar sobre cada una de las organizaciones políticas y no sobre el total de las organizaciones políticas coaligadas, pues ello implicaría una disminución real sobre la participación política de la mujer.
Con respecto al sistema institucional de la justicia electoral es necesario crear mecanismos que no limiten el acceso a mujeres en casos de violencia política de género, ofreciendo condiciones adecuadas para garantizar la tutela efectiva del derecho de las mujeres a una vida política libre de violencia.
Se requiere claridad sobre los mecanismos operativos que garantiza la ley sobre equidad territorial y la no discriminación. Cualquier vacío jurídico puede perjudicar a los principios y reglas de: igualdad, equidad, paridad, interculturalidad y violencia de género.
No es menos importante prever en los reglamentos la incorporación de los debates públicos, así como los mecanismos y canales de información para el desarrollo de los mismos. No vaya a ser que esos espacios se conviertan en discursos populistas y románticos; y no, en un ejercicio programático de la actividad política. (O)