En los últimos días se ha hablado sobre la posible candidatura presidencial del banquero Guillermo Lasso, pero… ¿tendrá la intención real de convertirse en contrincante de Correa en enero de 2013, o tendrá una agenda de largo plazo y toda esta aparición mediática responde a una estrategia de construcción de imagen y posicionamiento, con fines políticos pero con objetivos distintos? Revisemos el perfil de Lasso para poder aventurarnos en su juego estratégico en el tablero del ajedrez político ecuatoriano.
Representante de la derecha, banquero exitoso, hombre de negocios, hecho a pulso y respetado. Tuvo una corta participación en el gobierno de Mahuad y es cercano al alcalde Nebot.
Como hombre de negocios, tiene olfato para encontrar oportunidades donde otros no las ven y, partiendo de esta premisa, sabe que las oportunidades se ubican, pero se construyen con base en procesos y estrategias de mediano y largo plazo.
Por ello no creo que el banquero guayaquileño apunte a ser candidato presidencial en estas elecciones de enero de 2013, pues tiene en su contra el tiempo y 14 meses son pocos para construir un engranaje político que le permita ser un candidato con reales opciones, máxime para enfrentarse a un candidato presidente con elevados indicadores de credibilidad, popularidad e intención de voto, con un discurso y lenguaje de fácil acceso y penetración en los sectores de la población que constituyen los más grandes universos electorales, como son los pobres y la clase media.
Es posible que su estrategia sea la de construir en este tiempo su imagen de candidato ideal, sensibilizando su imagen de banquero para lograr posicionamiento nacional de hombre con visión y responsabilidad social, que lo aleje de la derecha y lo acerque al centro.
Los políticos y sus proyectos tienen una vida útil de 8 a 16 años, dependiendo de sus características y de la coyuntura. Velasco, Febres-Cordero, Borja y Bucaram han sido ejemplo de ello, por tanto, Lasso podría apuntar al desgaste de
Correa para esperar el ansiado retorno del péndulo.
Si no le apuesta a las presidenciales, Lasso trabajará en la arena política para 2014 y cuando sea momento de las elecciones de alcalde podría tratar de convertirse en el sucesor de Nebot para apostarle a las elecciones presidenciales de 2017, donde encontraría la oportunidad que ha comenzado a construir desde ya, pues todo político debe tener una carta de presentación y la alcaldía de Guayaquil le apuntalaría para mostrar una ciudad consolidada en lo social y en lo económico que lo proyecte a la Presidencia. Continuará.