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El Telégrafo
Daniel Soto

Elby, alias “Elbi”

21 de abril de 2023
En días pasados hemos vivido lo que posiblemente sea la era de mayor violencia en las calles de Ecuador. Ante este terrorífico panorama, las bandas de narcotraficantes dan la impresión de que caminan por las calles sin miedo a la Ley, hacen lo que quieren y hasta posan frente a las cámaras de seguridad. Los noticieros nos cuentan historias de delincuentes que no pasan más de un día en prisión y recuperan su libertad para seguir delinquiendo, alias Elbi es un caso más ¿o no? 
 
La realidad procesal 
 
Si miramos lo que sucedió esta semana con el supuesto líder de algún cártel de narcotraficantes, un tal Elby Zúñiga, alias “Elbi”, podemos notar que estamos a merced de un montón de conclusiones anticipadas que viajan más rápido que la verdad. Tal vez sea la sed de primicias que tienen los medios de comunicación. O tal vez sea producto de la desesperación de la Policía Nacional por hacerse notar. Lo cierto es que las cosas no son como nos las están contando. 
 
No me tomó mucho tiempo dar con la verdadera razón por la que detuvieron al supuesto cabecilla. No se trataba de ningún operativo extraordinario de la policía, tampoco tenía nada que ver con inteligencia, ni siquiera es que lo estaban buscando por ser el cabecilla de nada. Elbi tenía orden de captura desde hace dos años y en su juicio en ningún momento se mencionó la palabra cabecilla.  
 
El tema es que el angelito mal encarado que apareció en las primicias de los diarios, era una persona procesada por tenencia y porte ilegal de armas. Afrontaba el proceso penal desde el 2021 y un juez había dictado medidas alternativas a la prisión preventiva: prohibición de salida del país y presentación periódica cada 8 días en el despacho del juez. 
 
El juicio avanzó en su curso natural hasta llegar a la etapa de juzgamiento en agosto del 2021. El juez requería la presencia de alias Elbi en audiencia y como no apareció, lo mandó a detener -procedimiento establecido en la ley-. Es decir que desde el 16 de agosto de 2021, alias Elbi tenía orden de captura con el único fin de que comparezca a la audiencia de juzgamiento. Una vez detenido, si no se llevaba a cabo su audiencia de juicio en las siguientes 24 horas, debía ser liberado. 
 
Y así fue. Cuando la policía lo detuvo, se le notificó al juez y al fiscal. Como no estaban listos para la audiencia de juicio, lo tuvieron que soltar. Su audiencia será dentro de 5 días y seguramente no aparecerá. 
 
Aunque de la información oficial que reposa en internet quedan algunas dudas sobre por qué no fue detenido antes, o por qué no se coordinó su audiencia de juicio, o por qué no ordenaron prisión preventiva si es que ya incumplió las medidas alternativas, lo cierto es que Elbi no tenía ningún requerimiento judicial por ser cabecilla de alguna organización delictiva, sino por porte ilegal de armas. 
 
 El show mediático 
 
La verdad es más torpe de lo que nos contaron. No digo que Elbi no sea un cabecilla de los Tiguerones, de hecho, en eso le creo completamente a la Policía Nacional. Eso puede ser tan cierto como también es cierto la justicia no busca a Elbi por crimen organizado. Sin embargo, en un intento desesperado por atrapar a los chicos malos, la policía se está olvidando de hacer su trabajo de manera correcta. 
 
Si Elbi es el cabecilla de alguna banda, la policía debe iniciar una investigación formal en fiscalía y levantar las pruebas que les permitan demostrar que Elbi es lo que dicen que es.  
 
Los medios de comunicación poco o nada se permitieron contrastar la información que recibieron. A los medios alguien les dijo que detuvieron al cabecilla de alguna banda, y así replicaron la noticia. Provocaron que todos pensemos que en efecto, cayó uno de los grandes. Sin embargo, lo único que hizo la policía fue cumplir con la orden de captura para juzgarlo por un delito de porte de armas, juicio que data de hace dos años. Si los policías tenían la certeza de que Elbi era el líder de alguna banda, bien podían haber coordinado la audiencia de juicio por porte ilegal de armas y al mismo tiempo procurar, junto con fiscalía, el inicio de un juicio por crimen organizado. Eso hubiera estado bien, pero no se hizo. 
 
Los medios de comunicación deben hacer un trabajo más exhaustivo al momento de sacar este tipo de noticias, pues lo que viene después es doloroso. 
 
Un día después Elbi salió libre, y si son igual de pesimistas que yo, habrán pensado que la justicia no sirve para nada. Que si salió libre es porque en efecto era un cabecilla y se acomodó para recuperar la libertad a la voz de “plata o plomo”. Con esa idea en la cabeza, la sociedad recibe un mensaje desolador: no hay justicia. Estamos a nuestra merced. La próxima me tendré que defender yo mismo. No hay protección del Estado.  
 
En mi caso, puedo informarme por mis propios medios y comparto esta información con mis lectores, pero el daño que hacen decenas de medios de comunicación con seguidores que suman millones, no lo puedo borrar yo solo. 
 
Este golpe a la moral pasa una factura enorme en un Ecuador que se rompe en mil pedazos. No es la primera vez que me he permitido aclarar lo que los medios desinforman. En redes sociales he explicado más de un caso porque la irresponsabilidad de los titulares duelen innecesariamente. Ya hay suficiente terror en las calles como para permitir este tipo de alarmas. 

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