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El Telégrafo
Simón Valdivieso

El ventrílocuo…

21 de abril de 2023

El ventrílocuo del poder político de turno. Esa es la etiqueta que en atención a sus actuaciones desde que se inició como presidente del Consejo de la Judicatura le corresponde a quien nos estamos refiriendo, por la fuerza de las circunstancias, es decir a quien con esas ínfulas de orador decimonónico empezó entregando un papel firmado al que lo denominó “un compromiso ético por la justicia”; papel que ha sido lanzado al basurero porque hasta este momento no hemos visto actuación alguna suya que responda al mismo, sino testigos de las “selfis” que se toma rompiendo todo protocolo y los exabruptos que emite cuando abre la boca, como aquel de decir que los consejos de la judicatura surgieron en el siglo 19 después de la segunda guerra mundial.


Del ventrílocuo se dice, es la persona que tiene el arte de modificar su voz de manera que parezca venir de lejos, y que imita las de otras personas, es el que habla con el vientre. Y como sinónimo se tiene: adulterador, falsificador, imitativo, impostor, plagiador, cuyo antónimo podría ser: auténtico, natural, original, sincero. Y claro nuestro “personaje” no tiene nada de auténtico ni natural sino es la voz de los políticos que lo están usando a sus anchas incluido el “político con toga”.


Y es que el “da diciendo” lo que le mandan a decir desde no muy lejos sino desde la Corte Nacional y la Asamblea, amén de otros políticos que están tras bastidores, pero que por su vanidad no le permite darse cuenta que se ha convertido en una marioneta del poder político de turno y en un hazmerreír de los judiciales, quienes tienen vergüenza ajena y del pueblo ecuatoriano por supuesto, de tal suerte que los memes sobran en las redes sociales en donde aparece con la voz del afamado Cantinflas, lo cual se convierte en una ofensa al cómico mexicano de todos los tiempos, Mario Moreno o como cuando alguien dice que parece un payaso, que también seria ofender a ese ser humano que nos saca sonrisas con su cara de colores y sus gracias auténticas, originales.


El ventrílocuo es el que habla con el vientre, y por lo anotado, nuestro “personaje” diríamos habla con el colon, esto es con aquel órgano con forma de tubo que se conecta con el intestino delgado por un extremo y con el otro vaya usted a saber. Por lo que, parafraseando a Roberto Aguilar que se refirió a uno de los iletrados del poder, al que se sumaría nuestro “personaje”, todo el engominado, se expresa así mismo con un lenguaje harapiento y mugroso afeando la imagen de la Función Judicial.


Es el ventrílocuo engominado, el títere del poder político, el que ha planteado una acción de protección contra el gobierno, pidiendo más presupuesto porque hace falta dinero en las arcas del Consejo de la Judicatura, dizque para mejorar el servicio de justicia, sin que se pueda entender las contrataciones de estos días a más de trescientas personas que contradice el propósito de la acción constitucional, lo cual nos hace ver que hay un trasfondo que es ir tras la cabeza del Presidente Lasso, porque jurídicamente si es que el juez le da la razón al ventrílocuo engominado, y el Presidente no cumple con la sentencia, la consecuencia es la destitución. En buen romance todos los caminos conducen a Roma, pues esa es la última carta que se juega el poder político de turno, si es que le falla el juicio político en la Asamblea, que al parecer va por ese norte, pues los asambleístas no quieren perder la chamba, ya que la muerte cruzada está tras la oreja, sonríe la abuela de la casa.

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