En el momento que estoy tratando de escribir este artículo suena el teléfono de la oficina de al lado. Ya no hay nadie. Es de noche. Así que me levanto para intentar abrir la puerta y contestar o arrancar el maldito cable. Camino irritado, enojado, es el mismo sonido por varios minutos ya. No puedo abrir la puerta, no puedo hacer nada. Intento escribir este artículo y solo tengo en mente el sonido del teléfono de al lado. No puedo desconectarlo, no puedo pensar en otra cosa que no sea el ruido del teléfono de al lado.
En el momento que estoy tratando de escribir este artículo, sin duda, de tinte político pues es lo que analizo, lo que me apasiona, solo pienso en el teléfono de al lado. Y entre política y el teléfono, pienso en cuánto me distrajo el teléfono de mi propósito. Cuánto intenté ser racional, escoger un fenómeno, examinarlo, disgregarlo, desmembrarlo para entender a profundidad lo que constituye y sigo pensando en el maldito teléfono de al lado.
Así que me surgió una pregunta ¿en política, en la situación actual, en las coyunturas de siempre hay un teléfono de al lado? ¿hay un teléfono que no puedes apagar que siempre su ruido te distrae? ¿hay un ruido que coarta tu libre pensamiento? ¿un ruido que te convoca a que pienses solo en él a pesar de que intentes racionalizar sobre algo más?
Creo que sí. La agenda mediática es un tipo de teléfono a tu lado. Hoy en día temas relevantes como el juicio político son imperantes ya sea por sus implicaciones jurídico-políticas o por el impacto que tendrá en la vida de todos los ecuatorianos. Sin embargo, hablamos de los “Óscar”. Suena el teléfono. Nos olvidamos que hace meses ya muchos no debatimos respecto la guerra Ucrania-Rusia, ya no estamos del lado de los más débiles, donde posteábamos o tuiteábamos #ucrania #paz etc., pero sí sabemos que Shakira y Bizarrap acaban de romper varios récord Guinness. Sabemos que Shakira va en dos canciones hablando de su ex y hay un debate moral atrás de si no debía hacerlo o es una proclamación de la liberación de la mujer a través de la música. Suena el teléfono.
Hace pocos días secuestraron a una pareja de esposos en Quito, la inseguridad está expandiéndose. Sin embargo, ¿sabían la locura de artistas que asistieron a la boda de Lele Pons y Guayna? O ¿sabían que Félix Sánchez es el nuevo DT de la selección? Suena el teléfono. Mañana ya no hablaremos de secuestro.
¿Estoy diciendo que está mal no hablar de cine, farándula, música y fútbol? No, pero sí que hace ruido. Sí que el teléfono está al lado tuyo y a veces no te deja racionalizar. No te deja enfocar en lo verdaderamente importante. No te permite prestar atención a lo que deberías, porque suena, molesta. No puedes abrir la oficina de al lado, y el teléfono sigue, y seguirá sonando.