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El Telégrafo
Karen Garzón-Sherdek

El tablero político de Perú

08 de octubre de 2021

Desde que Guido Bellido fue proclamado como premier de Perú se generaron múltiples cuestionamientos por parte del Congreso, actores políticos y población en general argumentando que no contaba con legitimidad para el cargo por sus expresiones misóginas y homofóbicas y por investigaciones en contra suya por apología del terrorismo. Tras pocos meses en el cargo, la renuncia, aparentemente obligada de Bellido, transforma el tablero político peruano. En su discurso de despedida hizo referencia a un supuesto “poder fáctico” que estaría interfiriendo en la gobernanza del partido Perú Libre y a través de un comunicado se conoció su intención de regresar a su curul en el Congreso.

Por su parte, durante el mensaje a la nación, el presidente Castillo indicó que “es momento de poner al Perú por encima de toda ideología y posiciones partidarias", afirmaciones que producen ciertas interrogantes. ¿Qué conllevan estas decisiones políticas? ¿Acaso el primer mandatario quiere marcar distancia de su partido o de determinados actores? ¿Desea iniciar con una política más concertadora? Lo cierto es que en Perú cuando se cambia al premier se reconfigura todo el gabinete lo que supone una renovación de carteras ministeriales y de intenciones. Es por ello que la designación de Mirtha Vasquez, quien cuenta con amplia trayectoria en lo público, supone que el Ejecutivo cuenta con una estrategia más neutral y alejada de ciertos extremismos que el gabinete de Bellido planteaba.

Pero ahora, ¿cómo quedan las relaciones con el legislativo? La evidente falta de liderazgo de Castillo ha generado una sensación de incertidumbre en Perú. Urge una estrategia y acuerdos entre ambos poderes. El primer mandatario peruano no puede aventurarse a recibir más críticas o enredar más la ya tensa situación nacional. Se debe recordar que, si bien Castillo fue electo presidente, este solo obtuvo en la primera vuelta el 18.92% de respaldo del electorado. A esto se le suma que el oficialismo no ostenta la mayoría en el Legislativo por lo que sus acciones deben integrar y no separar.
Dependiendo de lo acertadas o desatinadas que sean las decisiones de Castillo en el futuro, este podrá continuar gobernando en el país andino o podrá enfrentarse (como se ha mencionado reiteradamente) a una posible vacancia. Esto último es lo que el primer mandatario debe evitar a toda costa.

Lo cierto es que esta nueva designación de la primera ministra de Perú brinda un poco de oxígeno al gobierno. Veremos qué ocurre en las próximas semanas o meses con un país que requiere estabilidad política y decisiones eficaces y eficientes en diferentes ámbitos para recuperarse de los efectos de una profunda crisis institucional que ha tenido que hacer frente en los últimos años.

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