La gente común cree que los periodistas viven bien con altos sueldos y ciertos privilegios, como acceder pateando al perro a las fuentes de información. No es verdad, los periodistas, sean reporteros, camarógrafos, editores, lectores y escritores de noticias y reportajes han venido percibiendo salarios miserables.
Hay excepciones, como los y las “estrellas rutilantes” a quienes los medios mercantilistas les pagan bien para que reproduzcan hasta el cansancio el modelo político y económico del viejo país; o para que hostiguen, mientan y calumnien al Presidente resabiado que no se somete a la agenda particular y egoísta del poder mediático que no quiere resignarlo ante la soberanía de la democracia. Por los servicios prestados a la gran oligarquía empresarial y bancaria, esos periodistas han sido remunerados a destajo de la traición a la verdad y al bien común.
El resto de periodistas ha sobrevivido con sueldos de miseria y amenazados con el despido si se les chispotea algún atisbo de reconocimiento a la obra del Gobierno. Algunos, inclusive, han sido obligados a firmar hojas en blanco para ahorrarse las indemnizaciones por despido. Qué ironía, donde más reclaman por la vigencia de sus leyes obsoletas, imperan la explotación laboral y la violación de derechos.
¿Recuerdan cómo reaccionaron cuando se abolió la tercerización?: dijeron que se iban a producir despidos masivos y desocupación. A despecho de los “malagüeros”, estamos a la vanguardia de los países con menor desempleo en la región y hemos disminuido la pobreza, tal como reporta la Cepal.
Para reparar la injusta relación entre periodistas y empresas privadas de comunicación, el Ministerio de Relaciones Laborales puso en vigencia una tabla salarial para reconocer el esfuerzo de tan importante profesión, homologándola al sueldo de los docentes. Y mientras los demás sectores productivos acatan los nuevos salarios básicos, los dueños de medios reaccionan despidiendo a antiguos y leales colaboradores, con liquidaciones que no exceden los cuatrocientos dólares, en tanto al escandaloso ex editor en Miami le pagaron cerca de 380 mil dólares. Dicen que a los periodistas les pasa esto por culpa del Gobierno, que se atrevió a reconocer el real valor de su trabajo. También por ello vienen boicoteando sistemáticamente la aprobación de la Ley de Comunicación.
La respuesta popular a la oposición, que pretende destruir los logros y avances de la Revolución Ciudadana, es el voto en planta para la integración de la próxima Asamblea Nacional Legislativa. Todo, todito 35, como propone el candidato-Presidente. No caigamos en la trampa de la derecha que reclama equilibrio de poderes, cuando lo que quiere es reparto de troncha, al viejo estilo de la partidocracia. Debemos consolidar la revolución y la mayoría legislativa es la mejor herramienta.