Una vez concluidos los comicios seccionales, surgen varios análisis respecto a los factores que contribuyeron a la victoria o derrota de ciertos candidatos -lo mismo con las opciones del referéndum-. Al respecto, una variable ineludible es la comunicación. Por tanto, en esta columna, quiero hacer algunas apreciaciones sobre qué tipo de contenido tuvo acogida, qué tipo de estrategias funcionaron y qué elementos permitieron la creación de comunidades. Esto, sin tomar en cuenta características intrínsecas de la política en cuestión: alianzas, lobbying, etc.
1) La culpa no es de TikTok: Es común escuchar que esta plataforma pone en ridículo a los candidatos. No es así. Al tener su propio contrato de lectura -entretenimiento en videos verticales de corta duración-, los aspirantes están en la obligación de adaptar sus mensajes a dicho formato. Los problemas surgen cuando no se entiende bien las dinámicas de TikTok y los equipos de comunicación optan por spots políticos tradicionales -que incluyen música y frases sin sentido-, en lugar de investigar challenges y tendencias.
Los casos de éxito en comunicación política suelen acompañar el awareness con algún dato de valor.
2) Ni todo es TikTok: Hoy, da la impresión de que las estrategias se concentran solo en la interacción en redes sociales y descuidan la creación de vínculos en territorio. Una de las razones que explican el triunfo de la Revolución Ciudadana es que este movimiento, desde su último revés electoral, se concentró en fortalecer sus bases. Con el tiempo, esto ha creado un sentido de pertenencia -apelando a fórmulas clásicas como pueblo vs partidocracia-; y ante tanta dispersión, el 30% de voto duro produce resultados.
3) Escuchar para construir comunidades: Con tantos conflictos -inseguridad, desempleo, corrupción-, que se discuten todos los días en calles y redes sociales, la clave para generar verdaderos movimientos online y offline, es la compresión de las necesidades de las personas. ¿Por qué? Las comunidades justamente se construyen a partir de coincidencias en gustos, comportamientos y puntos de vista. No obstante, las plataformas son entendidas más como un amplificador de campaña.
Finalmente, remarcar que la efectividad e impacto de los mensajes dependen de la creatividad de quienes están detrás, la viabilidad de las promesas, los ideales, la escucha activa y la capacidad de los candidatos para proyectar confianza en el electorado: acciones que requieren algo más que bailes en TikTok.