La prensa ‘independiente’, los rezagados de la partidocracia, la oligarquía y más sectores de la derecha, atados al sistema neoliberal, que en su momento no cumplieron ofertas y promesas, hoy, apresurados, pretenden unirse para impugnar el proyecto de enmienda o reforma que permita dar paso a la reelección indefinida presidencial y de otros cargos de elección popular.
Los reaccionarios convierten el tema en controversial para mantener vigente la beligerante oposición contra el régimen del Buen Vivir y su conductor Rafael Correa. Hoy asoman presuntuosos asesores, juristas sabios, comentaristas académicos y políticos que yacían olvidados en sus reductos, a dar lecciones jurídicas sobre procedimientos a seguir para evitar la aprobación del proyecto, al que la oposición, sarcásticamente, denomina el ‘crecimiento gigantesco del poder’.
Rafael Correa ha ratificado su decisión de continuar su lucha hasta terminar el proceso revolucionario con el apoyo popular. Ese pronunciamiento categórico del Primer Mandatario ha causado pánico a los oligarcas y sus acólitos, al presentir la extinción de sus privilegios con el advenimiento de la justicia social; pero no olvidar que ‘el hombre peligroso es el que tiene miedo’ porque es capaz de fraguar, desde su escondite grandes males y crímenes por el regreso al pasado retrógrado.
La derecha reaccionaria y conservadora, que prevé el fin de su negocio, de su riqueza y libertad, para poder continuar la explotación del trabajo de otros, se empeña en entorpecer el tránsito histórico hacia el cambio. Articulistas de los medios comerciales desatan su agresión contra el régimen de la Revolución Ciudadana, aprovechando el trámite y pronta aprobación de la enmienda respecto de la reelección indefinida. Ese vendaval creado por la oposición será sofocado, al igual que otros, por la fuerza popular, mientras el país prosigue su marcha por la senda de la paz, progreso y bienestar.
Como a los columnistas privados se les agotaron las argucias para molestar al gobierno socialista siglo XXI, y en su desesperación por justificar su espacio en el medio de comunicación donde laboran y adular a la derecha, vuelven a la búsqueda incesante de algún desliz del Gobierno para azuzar, conspirar y acusarlo de ir a la dictadura perpetua. Rafael Correa siempre ha considerado que la crítica altiva y el diálogo ayudan al Gobierno a enmendar posibles yerros, pero lamentablemente hay tercos dirigentes de la derecha que destilan odio en su accionar, como en el caso de la reelección, que en lugar de tratar el tema con altivez lo convierten en un pugilato publicitario.
Lo cierto es que la oposición, prensa privada y oligarquía no darán tregua frente a la hegemonía de Alianza PAIS. Ya comenzaron tenaz compaña contra el proyecto de reelección indefinida, e invertirán recursos por boicotear el trámite y aprobación de ese anhelo popular.
Es evidente el afianzamiento de la democracia en Latinoamérica y hay naciones que contribuyen con su presencia al fortalecimiento de las instituciones que propugnan la integración regional, pero la reacción de los grupos de poder foráneos se acentúa, peligrosamente, con la intención de recuperar antiguos poderes.
Se vive un crucial momento histórico, tras 3 siglos de coloniaje y el predominio del capital explotador y habiendo entrado a la era de la nueva independencia, justicia, igualdad y respeto a los derechos humanos, y frente al riesgo de la restauración conservadora, se torna ineludible mantener el liderazgo de Rafael Correa, garante para continuar el proyecto de la Revolución Ciudadana, siempre con el apoyo popular, en el marco de las elecciones libres.