Baños es la ciudad que más ha sufrido los excesos de la prensa, desde desinformación hasta sensacionalismo con la clara intención de alarmar para aumentar sintonía o ejemplares vendidos. Con Baños los medios han rentabilizado una tragedia aumentada con lupa y esta última erupción del volcán Tungurahua, no fue la excepción, a pesar de estar vigente la Ley de Comunicación.
Desde el retorno en enero del 2000, los habitantes de Baños debimos mostrar y demostrar la seguridad de la ciudad, trayendo masivamente a los mismos medios, soportando las veleidades de los y las periodistas, gastando dinero que no teníamos y poniendo cara de felicidad a pesar de estar en banca rota. Para el Carnaval del 2001 con Carmen Luna Fiallos presidiendo la Cámara de Turismo, se logró llenar Baños y parecía que superábamos la crisis mediática más que volcánica.
Pero en la erupción de agosto del 2006 todo se fue abajo, su inexacta difusión fue lapidaria para docenas de negocios y cientos de familias. Se quiso repetir la gestión de 2001, pero la prensa fue reacia a ver el lado positivo de un proceso que convoca tanta prensa internacional, que debería ser aprovechado en beneficio de todo el país.
Hasta el 2010 la quiebra fue generalizada, pero en octubre de ese año llegó el presidente Correa y se quedó a dormir. Ningún Presidente vino antes. El hombre más seguro del Ecuador dormía en la ciudad más peligrosa del país. Al fin de semana siguiente los hoteles volvimos a estar llenos por primera vez en cuatro años y desde entonces Baños ha servido con relativa calma, incluso una hija del Presidente vacacionó con nosotros.
Las sucesivas reactivaciones del volcán en los últimos tres años no convocaron tanta prensa, hasta el fatídico domingo 7 de julio pasado, en que un cañonazo y la ausencia del presidente Correa del país, levantó una estampida mediática al lado de la cual un linchamiento es cosa de niños. Se publicitaron fotos actuales y antiguas, recuentos históricos, no contextualizaron, abundaron titulares escandalosos, difundieron información no verificada y la temporada alta que iniciaba Baños se cortó en seco, se perdió el 80% de las reservas, las entidades estatales cancelaron sus eventos, igual las internacionales y las familias.
Para la próxima erupción rogaremos que Rafael Correa esté en el país, así los medios tendrán otros motivos para angustiar, en vez del volcán que alimenta a la población de Baños y deleita a sus miles de visitantes nacionales y extranjeros … que superan la piroclástica mediática.