La diferencia obligada de opinión enriquece el diario vivir, la calidad de criterios divididos, aplicando una sana flexibilidad mental, puede resultar reconfortante cuando los expositores tienen clase y visión madura.
Terminar un debate con juicios diferentes y deferencia de por medio es un ejercicio macanudo para el alma.
La calidad de retroalimentación que nos ofrece hoy una herramienta como el Twitter es antropología pura, de ahí que establezco las diferencias entre una saludable disputa por ideas diferentes o lo que llamo el asterisco que habita en varios cerebros locales.
Ejemplo 1:
Christian Benítez anota un gol en México, acto seguido es destacado en la cuenta Twitter de algún periodista local... a la velocidad de Superman, en menos de un parpadeo llegan aclaraciones remarcando con ardor que esos goles no sirven, que con la selección no marca y que por último el es el único responsable de no haber clasificado a Sudáfrica 2010.
Benítez tiene 25 años y ya es el cuarto máximo anotador de la historia de la selección ecuatoriana de fútbol, equipo que lleva 74 años participando en eventos internacionales. Si bien ha fallado goles que quedaron grabados en la retina de muchos, nadie puede negar su capacidad y la clara posibilidad que tiene de convertirse en el goleador histórico de Ecuador. Es joven todavía y fallará más goles, pero aseguro que muchos de los que ponen el asterisco, terminarán aplaudiendo sus anotaciones.
Ejemplo 2:
Nicolás Lapentti brega más de cuatro horas para ganar un partido complicado de Copa Davis, jugando de visita, con un público arisco, contra la historia de un país como Brasil y logra vencer a un rival que inicia el partido como favorito.
Los primeros comentarios y reacciones señalan el mérito y calidad de juego del tenista guayaquileño para sacar adelante un encuentro tan difícil, asimismo, con la velocidad de la luz asoman con firmeza los que refutan estas observaciones con contraataques que apuntan a que Nicolás no tuvo la calidad para obtener esos mismos resultados contra Pete Sampras o Roger Federer.
Serios síntomas de envidia crónica y pocas aspiraciones de valorar algo real y tan contundente, logrado por uno de los mejores deportistas de la historia del Ecuador.
Ejemplo 3:
Liga de Quito logra ganar torneos internacionales por aquí y por allá; Sudamericana, Libertadores y Recopa son conquistadas por el equipo “albo”, una generación elegida que llenó de orgullo al fútbol ecuatoriano y todos sus seguidores... ¿¿todos???... Noooo, la legión de quienes alegan que Liga le debe todo a la altura es grande, vociferan sin compasión que sin Quito, ese equipo no hubiera llegado tan lejos.
Soberbia, pica, dolor, celos; no encuentro otra razón para que no se pueda valorar lo obtenido por Liga, tal vez un capítulo acentuado de la obra de Saramago, “Ensayo sobre la Ceguera” golpeó severamente a estos analistas.
Estoy seguro, en Ecuador hay un nuevo deporte nacional, no solo el de pitar desaforadamente cuando el semáforo lleva una milésima de segundo de estar en color verde, sino que ahora existe la “peromanía”, una epidemia que se volvió grave y ocasiona que ante cualquier mérito destacado de alguien, aparezcan los portadores del pero, los que promocionan el asterisco a cualquier detalle que consideran no debe ser resaltado.
Es tiempo de ser feliz..