Felizmente la campaña electoral está bastante animada, tanto de parte de los candidatos como de la ciudadanía en general. Por un lado, el partido del presidente Rafael Correa puede presentar grandes logros en todos los espacios de la vida social, económica, política y cultural; hasta sus discursos sobre la doctrina social de la Iglesia y la Teología de la Liberación llaman positivamente la atención.
Por otro lado está la disputa por el poder, no solo político, sino económico. Hasta hace poco los poderosos sacaban grandes ganancias de sus diferentes negocios. Por eso la mayoría de los candidatos nos quiere hacer regresar a ese pasado de saqueo, explotación, opresión y miseria.
También está la ciudadanía en general, que ha visto su situación mejorar significativamente. Además, por la dinámica puesta en marcha con la elaboración de la Constitución, ha crecido su posibilidad de expresarse, alzar su voz y hacer escuchar sus exigencias. Todavía falta mucho trecho para que la “participación ciudadana” sea una característica relevante de este Gobierno, para que los sectores populares despierten a una mayor formación política y se presenten como los protagonistas de los cambios estructurales que se necesitan. En este sentido la Alianza de las Izquierdas encuentra unos espacios que quieren tomar y llevar a mayor expresión.
En definitiva, es allí donde está el criterio de una campaña electoral exitosa para el país: si, como ecuatorianas y ecuatorianos, crecemos en poder. Eso es el poder popular: empoderarnos no solo de la palabra y del voto sino, sobre todo, de las decisiones a tomar para ensanchar más y más el camino abierto por el actual Gobierno. No se trata solo de delegar a otros nuestra representatividad, sino de organizarnos mejor para exigir leyes, estructuras y cambios que nos favorezcan como mayoría.
No se puede pedir esto a los partidos de derecha, pero sí podemos juzgar quiénes de Alianza PAIS y de Alianza de las Izquierdas nos están dando esta oportunidad de organización, esta capacidad de decidir y los espacios de protagonismo que necesitamos para construir el Ecuador que queremos.
Cuando los apóstoles Santiago y Juan pidieron a Jesús un puesto relevante en su Reino, el uno a su derecha y el otro a su izquierda, les contestó: “No saben lo que piden… El más grande es el mejor que sirve a los demás”. Con esta luz juzguemos también quiénes son los candidatos que nos permiten crecer en participación, protagonismo y poder popular.