A lo largo de los años, los medios de comunicación han tenido un rol protagónico en la sociedad por su capacidad de influencia en la opinión pública. En la actualidad, estos actores tienen un papel fundamental dentro del ámbito político nacional e internacional, al punto de incidir en la configuración de las agendas en varias administraciones.
Sin embargo, a pesar de la influencia que los medios mantienen en distintos ámbitos de la sociedad, estos han visto decaer su credibilidad producto de varios factores. Uno de ellos es la evolución que ha tenido la tecnología, que marca un antes y un después en la manera en que las personas acceden a la información y viven los procesos mundiales.
Pero quizá el factor que más ha evidenciado este nuevo escenario para los medios de comunicación es el constante enfrentamiento al que han sido sometidos por parte de líderes populistas y autoritarios, que han creado los escenarios ideales para una permanente pugna con estos actores.
El afán por controlar la agenda informativa, ha llevado a que varios mandatarios, en su búsqueda por controlar la información, encuentren en los medios de comunicación a sus contendores ideales. La campaña desarrollada en Estados Unidos y que mantiene en vilo al mundo, ha evidenciado este enfrentamiento permanente entre el presidente norteamericano y algunas cadenas tradicionales.
Los medios han sido considerados por el Mandatario norteamericano como sus principales enemigos y enemigos del pueblo. Ello ha llevado al posicionamiento de cadenas como Fox News y organizaciones como la One America News Network (empresa de programación de video nacional), que mantienen una clara tendencia a favor de Donald Trump. Por su parte, desde los medios tradicionales, también se ha establecido un despliegue informativo permanente que ha buscado minar la imagen de Donald Trump.
Situaciones como estas han generado un bombardeo de información desde los medios de comunicación y a través de varias plataformas digitales como YouTube y Facebook, en las cuales se transmiten noticias que manejan las conocidas teorías de la conspiración y que han profundizado la división e incertidumbre no solo en los electores norteamericanos sino a nivel internacional.
La proliferación de noticias no verificadas o fake news, demuestra que el poder siempre se ha basado en el control de la información y la comunicación.
Bien lo señalaba el catedrático español Manuel Castells “esa constante interacción y lucha en torno a quien controla la información y cómo se permite o no y para quien y de qué manera la comunicación, es una de las claves del poder”.
Ante las acciones implementadas por líderes autoritarios que buscan concentrar la información, es fundamental que la gente rompa determinados modelos establecidos por parte de quienes buscan perennizarse en el poder.