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El Telégrafo
Mónica Mancero Acosta

El panóptico de sí mismo

08 de agosto de 2021

El 60 por ciento de ecuatorianos usa todos los días Facebook, según la reciente encuesta de Click Report. También otras plataformas y redes sociales son muy usadas en el país. En países con mayor conectividad las cifras seguramente son más altas. Así, somos parte de este mundo digitalizado.

Según el filósofo Byun-Chul Han, ha cambiado sustancialmente la forma de dominación desde el panóptico de vigilancia que suponía la sociedad que describió Foucault, un control biopolítico desde un poder, de algún modo externo, hasta un panóptico en el que somos víctimas y guardianes al mismo tiempo. Nos dice el filósofo surcoreano: “El sujeto en red, digitalizado es el panóptico de sí mismo. Así pues, se delega a cada uno la vigilancia”.

Mientras publicamos nuestras hazañas, logros, paseos, fiestas, comidas, opiniones políticas, estados afectivos y emocionales, nuevas relaciones de pareja, hijos y un largo etcétera, la red se entera y sabe de nosotros, quizás más que nosotros mismos. De ahí que esos datos sean fáciles de comercializar para la simple mercantilización y para usos incluso de carácter político.

De acuerdo con Byun-Chul Han este dataísmo, convertir todo en datos e información, es una ideología que nos conduce a un totalitarismo digital: una sociedad que se transparenta hasta el extremo de perder el control de sí misma, de la privacidad. Es la muerte de la esfera privada que queda expuesta al mundo a cambio de likes de complacencia que buscamos desesperadamente para ser reconocidos y aprobados por los demás.

En ese intento, ha quedado registrado todo y esto es aprovechado por el capitalismo de la emoción, que termina convirtiendo las emociones en recursos para incrementar la productividad y el rendimiento. Mientras las cosas no se pueden consumir infinitamente, las emociones sí, imponiéndose de este modo la dictadura de la emoción. En este contexto, nos preguntamos ¿habrá algún límite a esta dinámica? ¿hasta dónde estamos dispuestos a mostrarnos y vender nuestra subjetividad?

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