Estoy escribiendo este texto después de la resaca electoral del debate entre nuestros candidatos Luisa y Daniel. En primer lugar, debo agradecerles. A pesar de que hubo algunas puyas desagradables, el debate fue, al menos, civilizado. Esto deja una buena impresión en el país y en la opinión jurídica internacional, demostrando que los candidatos no buscan pelearse, sino exponer ideas y debatirlas. Esto beneficia a nuestra frágil democracia y habla bien de ustedes como personas.
Sin embargo, el problema surge cuando abandonamos las formalidades (que sí son necesarias) y nos adentramos un poco más en el contenido. Aquí es donde caemos en una pendiente resbaladiza de falacias lógicas que debemos evitar. No solo porque estamos en un punto crítico de la vida republicana y cualquier error de nuestro futuro presidente o presidenta podría ser fatal, sino también porque los ciudadanos necesitamos respuestas.
Comencemos por un detalle importante: ¿Para qué sirven los debates? La ciencia nos dice que los debates de campaña en general aumentan el conocimiento sobre los temas y su importancia (la cantidad de temas que un votante utiliza para evaluar a los candidatos) y pueden cambiar las preferencias o temas en la agenda. Y aquí es donde creo que está el error. En este sentido, ni Luisa ni Daniel lograron eso. No aumentaron nuestro conocimiento sobre los temas. De hecho, creo que ahora estamos menos informados sobre cómo planean manejar el Estado. Me siento algo defraudado, a decir verdad.
Tomemos un tema específico, como la militarización de ciertas áreas para mejorar la vigilancia y reducir la inseguridad o el contrabando de sustancias prohibidas. No han proporcionado detalles sobre cómo planean hacerlo, cuánto costará o de qué manera. Esto es vital porque la supervisión democrática del sector de seguridad implica que los gobiernos civiles deben tener "autoridad sobre las decisiones relacionadas con las misiones, la organización y el empleo" del aparato de seguridad de un Estado. El poder civil debe tener un plan claro, ya que las fuerzas armadas deben ser obedientes y no deliberativas.
Aquí radica la falla en el discurso del candidato Noboa. La "tabla de consumo", que en realidad establece límites de cantidad para distinguir entre la posesión y los delitos de suministro, asegura que el consumo de estupefacientes se entienda como un problema de salud. El problema que tenemos entre manos es tan profundo, grave y complicado que considero que es necesario un enfoque más integral y holístico de las ramificaciones entre la política de adicciones y la política contra el narcotráfico. Este es un error que espero no se repita en el caso de un gobierno de Daniel.
Por otro lado, Luisa también cometió un error al hablar de su visión del sistema mundial y las relaciones internacionales. Cuando se le preguntó sobre países donde se viola la libertad de expresión, la asociación y el estatuto libre de la oposición, es esencial tratarlos como lo que son: regímenes autocráticos, independientemente de su color político. Esto es lo que se espera de un político serio en la era moderna, que debe defender los derechos fundamentales como algo fundamental y no negociable, sin importar sus opiniones sobre la solución de los problemas del Estado.
En resumen, los candidatos han cometido errores y deben disculparse con el país. Reconocer nuestras equivocaciones y pedir disculpas cuando sea necesario no debilita su posición política, sino que demuestra su compromiso con la ciudadanía y su disposición a mejorar. Confío en que Daniel y Luisa se den cuenta de esto y utilicen esta información si llegan a la presidencia.
En cuanto a la música que mencioné para ilustrar el camino hacia la presidencia, "Washington Is Next!" de Megadeth es una canción del álbum "United Abominations" lanzado en 2007. Dave Mustaine, un genio en su campo, aborda temas como la guerra, la traición y la manipulación de la verdad por parte de los líderes políticos y las élites. La canción advierte sobre el peligro de que los menos privilegiados dependan de los más poderosos para satisfacer sus necesidades. Es una canción poderosa y significativa.
Los debates electorales tienen la finalidad de aumentar el conocimiento público sobre los temas y las posturas de los candidatos, pero en este caso, no lograron cumplir plenamente con ese propósito. Las propuestas vagas y la falta de detalles sobre asuntos cruciales, como la militarización de áreas para mejorar la seguridad o la compleja relación entre la política de adicciones y la lucha contra el narcotráfico, dejan a los ciudadanos en la oscuridad. De veras confío que Luisa y Daniel reflexionen sobre estas cuestiones y utilicen esta información para el beneficio de nuestra nación en caso de llegar al gobierno. Esto no debilita su posición política, sino que demuestra su compromiso con la ciudadanía y su disposición a mejorar. Y si pueden que escuchen a Megadeth. Carondelet está cerca y eso se pone bien complicado.
La próxima semana se pone vital. Mientras tanto, crean en el rock and roll, que es más entretenido y más barato. Nos leemos pronto.