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El Telégrafo
Efrén Guerrero

El mundo según el rock and roll: Rechazar/Resistir

26 de mayo de 2023

La banda presidencial ecuatoriana es elaborada tradicionalmente por las hermanas contemplativas de la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, quienes con paciencia y esmero, en un par de días, realizan la magia de plasmar la frase "Mi poder en la Constitución" en el pecho de un ciudadano común, mientras son aplaudidas por la Asamblea Nacional. Este objeto de poder representa a un nuevo Jefe de Gobierno, Jefe de Estado y líder de la administración pública.

Nuestra peculiar vida política mantendrá ocupadas a las hermanas en los próximos meses, ya que en noviembre habrá un nuevo ocupante en Carondelet. El sistema de muerte cruzada ha inaugurado un período que será aún más caótico que la última hora de Le Mans. Ya hay varios contendientes que aspiran a alcanzar el solio presidencial: algunos son novatos buscando su lugar en el mundo, mientras que otros hacen un nuevo intento para ocupar ese puesto.

¿Qué tiene esa banda presidencial para que tanta gente esté dispuesta a arriesgar su reputación, su dinero e incluso su vida por obtenerla y conservarla? Solo Dios o las hermanas del Buen Pastor lo saben. Sin embargo, lo que sí sé es que Ecuador se enfrenta esta vez a una de las elecciones más dramáticas de su historia. Son pocos los momentos en nuestra vida en los que nos hemos enfrentado a una combinación tan alarmante de afectaciones sistémicas y escasas opciones.

La política no funciona, pero la utilizamos. La seguridad no existe, pero la anhelamos. La historia no nos proporciona respuestas, pero nos aferramos a ella. La economía se desvanece, pero seguimos trabajando día tras día (los afortunados que tienen empleo). La situación se vuelve grave para aquellos que compiten por llevar la banda presidencial. Se enfrentan a una población empobrecida, deprimida, violentada y saturada de información sobre la vida de esta República.

Si no se aborda con sabiduría, promesas reales y evitando el populismo como solución milagrosa, esto no terminará bien. Las elecciones actuales en todo el mundo han dejado de significar algo para los ciudadanos, y el malestar y la inquietud aumentan. Ya no nos identificamos como "parte de algo", sino como una serie de historias personales que se entrelazan en este proyecto llamado Ecuador, un pacto social frágil. El próximo presidente no debe situarse por encima de este conflicto, sino enfrentarlo. Debemos sentirnos representados y ser libres e iguales en derechos y dignidad. La pobreza o la riqueza de nuestros habitantes no deben implicar desorden o impunidad. Todos debemos cumplir la ley y tener garantizados nuestros derechos fundamentales. De lo contrario, al final del día, los cantos de sirena del populismo y el autoritarismo harán que esta barca, con sus 18 millones de almas, naufrague. Y eso no será nada bonito.

A partir de ahora, llega un momento para rechazar los llamados al tribalismo y la radicalización. Debemos resistir, ya que esto será muy intenso y presenciaremos muchos momentos políticos que definirán los años venideros. Para comprenderlo, podemos recurrir a una de las obras cumbre del metal de los años 90: "Roots" de los brasileños Sepultura. Los hermanos Cavalera, en lugar de seguir siendo simplemente otra banda de metal, decidieron sumergirse en el corazón de Brasil, incorporando una amplia gama de instrumentos étnicos y ritmos tribales, como tambores africanos, birimbaos y percusiones indígenas. Estas influencias se fusionaron con riffs de guitarra pesados y voces agresivas, creando un estilo único y distintivo. Con la colaboración de las voces y los ritmos de los Xavante, una comunidad indígena que habita en la región central de Brasil, principalmente en el estado de Mato Grosso, lograron un sonido abrasivo y profético, que insta a la Tierra a despertar. Este álbum ha sido fundamental para muchos, con una influencia duradera en el mundo del metal, tanto por su sonido innovador como por su exploración de temas culturales y étnicos. Ha inspirado a muchas bandas posteriores a adoptar elementos tribales y fusionar diferentes géneros musicales.

Creo que esta vez votar tiene mucho en común con ese álbum. Implica rechazar el pasado y resistir el miedo. Debemos adquirir resiliencia, volver a nuestras raíces como país (que, en mi opinión, aún existen) y luchar contra nuestra clase política, que intenta destruirnos por todos los medios posibles. Hagamos ese esfuerzo y votemos de manera consciente.

Esto es lo que Sepultura me enseñó. Creo que puede ser útil en estos tiempos oscuros. Confía en el rock and roll. Si Ecuador nos permite hacerlo, nos vemos en quince días.

 

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