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El Telégrafo
Efrén Guerrero

El mundo según el rock and roll: pensando en la fama (una carta para Luisa y Daniel).

25 de agosto de 2023

¡Hey Luisa y Daniel!

No sé si debería darles una palmadita en la espalda o un "buen trabajo". Llegar a la segunda vuelta en medio de todo este lío y con las expectativas por las nubes debe ser una montaña rusa. Están en un aprieto, chicos. Ustedes representan los sueños y esperanzas de millones de ecuatorianos que quieren ver un cambio. ¡Vaya tarea la que tienen en sus manos! También son el espantajo de algunos, ya que encarnan los polos opuestos de este caos discursivo y político en el que estamos metidos en el Ecuador.

Mirando todo eso, y considerando que tienen que repetir la función de campaña a nivel nacional, enfrentarse en un debate y aguantar la locura de las redes sociales, aquí les dejo unos consejitos para mantener su cordura intacta y hacer que esta campaña tenga sentido en el mundo real.

Lo primero y más importante, no se tiren los trastos. Ya hemos vivido décadas de políticos dándose palos bajos, soltando acusaciones a diestra y siniestra, y soltando argumentos que apestan a visceralidad. Eso no solo les hace mal a ustedes, que deben estar al borde de un colapso de hígado, sino que también nos afecta a todos. La democracia por aquí está acostumbrada a un enfrentamiento sin límites ni consecuencias, y vaya que hemos tenido suficiente. No olviden que hemos sobrevivido a la campaña más agresiva de la historia en el año más turbulento de todos. El país merece paz y entendimiento, ¿no creen? Podría ser el puntapié para cambiar cómo hacemos política por estos lares.

En segundo lugar, creo que es la hora de llegar a acuerdos en cuestiones clave que este país no puede seguir esquivando. No importa quién acabe siendo el inquilino del Palacio de Carondelet, los dos tienen equipos llenos de asesores que saben de lo que hablan, conexiones en el mundo empresarial para poner en marcha políticas públicas de manera rápida, y comunicadores que saben cómo montar el show. No oculten eso y unan fuerzas en asuntos que le importan a todo el mundo: combatir la inseguridad, enfrentar el cambio climático, lidiar con la migración ilegal, dar oportunidades a los jóvenes, entre otros. No necesitamos más salvadores, necesitamos gente que pueda tomar decisiones sensatas y transmitir confianza.

Otra cosa, la comunicación. Claro, es divertido usar memes de internet, simplificar información en infografías y seguir tendencias en TikTok. Pero ser un gobernante implica mucho más que eso. La democracia es una especie de búsqueda constante para mejorar la vida de la gente. Los jóvenes son una gran parte del electorado (un 60% nada menos), pero no son tontos. Saben lo que quieren y entienden las limitaciones del poder estatal. Así que, en serio, díganles la verdad.

Por último, y acá va la gran moraleja, entiendan lo que dicen los votantes: el pique sin sentido entre bandos solo nos ha hecho un daño inmenso. No resolver problemas solo nos hunde más en el pantano. Es tiempo de que se den cuenta de que, sin importar de qué color sean, todos estamos en el mismo barco.

Y aquí va un consejo extra, que no lo digo yo, lo dice David Bowie. Ese ser maravilloso del universo captó los peligros de la fama y cómo puede desbaratar hasta al más listo. Durante esta campaña, van a tener a un montón de personas acercándose a ustedes, halagándoles, diciéndoles lo increíbles que son... hasta que uno de ustedes muerda el polvo electoral. De esa gente, aléjense. En "Fame", el sencillo de 1975, Bowie abandona su estilo experimental y se abraza al funk de Filadelfia, que luego será la base de "Young Americans", el disco donde aparece. Un riff frenético deja claro que la fama puede ser una trituradora de carne, deseada pero problemática a la vez. Bowie nos habla de cómo la fama puede volverse adictiva y cambiar la forma en que uno se ve a sí mismo y a los demás. Esa línea que dice "Fame, what you like is in the limo" ("Fama, lo que te gusta está en la limusina") podría interpretarse como una crítica a cómo la fama puede alejar y superficializar.

Luisa, Daniel, además de ustedes, hay toda una cuadrilla en sus entornos que no son precisamente amigos, más bien son políticos que los ven como un producto. Cuiden su humanidad. Así como David Bowie nos advirtió en su canción "Fame" sobre los peligros de la fama y cómo puede cambiar la percepción de uno mismo y de los demás, también ustedes deben ser conscientes de que en el mundo político, la fama puede ser tanto deseada como problemática. A menudo, tendrán personas acercándose con adulaciones y elogios, pero estas mismas personas podrían distanciarse en caso de que la elección no les favorezca. Es esencial mantenerse fieles a ustedes mismos y no perder de vista su humanidad en medio de esta vorágine política. Desde ya, den un ejemplo de democracia, trabajando de manera transparente y honesta. Y no olviden cuidarse en este proceso tan exigente. Ah, y lo más importante, confíen en el poder transformador del rock and roll.

¡Un abrazo!

 

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