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El Telégrafo
Efrén Guerrero

El mundo según el rock and roll: la pelota si se mancha.

02 de diciembre de 2022

Estas semanas, nuestro pequeño planeta recupera una de sus mejores muestras de humanidad, al Homo Ludens. A través de un juego muy simple (22 personas que patean un balón), las pasiones políticas se aligeran. El clamor por la selección une en un solo clamor a los pata al suelo y los oligarcas de cualquier país. Un benéfico bálsamo de olvido hace que por algunas semanas todos seamos un poquito más felices.

Sin embargo, no es un espectáculo aséptico. He visto esta mañana en redes que "el futbol no es político, no mezclen las cosas" (sic). Al contrario, no hay deporte más representativo del mundo y sus problemas que futbol. Y el Mundial lo demuestra. Es un bulo que creamos que está separado de la sociedad, y que el sagrado juego se encuentra muy lejos de las pasiones del mundo. Nada más lejos de la realidad. Si hay algo que representa mejor en dónde estamos a nivel geopolítico y legal; en suma, es “lo más importante de las cosas menos importantes”. La Copa Mundial de la FIFA es la más grande operación económica, de marketing e inclusive de reforma del Estado que puede existir en el mundo moderno.

Veamos. Una organización con un estatus quo único en el sistema internacional (la FIFA), con un sistema legal propio, es capaz de que Estados completos se rindan a sistemas arbitrales, y puede doblegar la aplicación de tratados internacionales de derechos humanos, para evitar que los organizadores caigan en escenarios complejos. Estamos hablando de 1696 millones de USD, que al final del día deben amortirzarse.

Ahí surge una discusión entre “el futbol-negocio” y “el de verdad”. Y en medio de esto el Mundial es una de las herramientas más potentes de operación geopolítica internacional: desde banderas discutibles en el camerino de Serbia, pasando por partidos como Irán-EE. UU., que en otros escenarios activaría todas las alarmas; o la admiración a la limpieza y orden de hinchas japoneses, hacen pensar que lo único que nos une es el balón, y es un reflejo de todos los problemas del mundo.

Fuera de las selecciones, a nivel local sucede lo mismo. Por ejemplo, el St. Pauli, de Hamburgo, es un equipo alemán que se declara antirracista y antifascista en sus estatutos, o hinchadas como la de la Lazio que se encuentra identificada con la extrema derecha. En Ecuador, no olvidemos al Centro Gimnástico Obrero ‘El Martillo’, formado por zapateros de Tulcán que combinaban su pasión por el futbol con sus inquietudes políticas.

Dicen que "la pelota no se mancha". Yo creo que al revés: la pelota ha cambiado al mundo. Para tanta gente el futbol es tan importante que imprime todas sus dinámicas sociales y se ve influido en y por ellas. Juegas como vives, y eso es fantástico. Y eso tiene muchísimo rock and roll de por medio. Los White Stripes con Seven Nation Army se han vuelto conocidos entre gente que no son fans de los acercamientos al stoner rock de Jack White: lo conocen porque aparece en las canchas de todo el mundo. Se escucha Thunderstruck de AC/DC como canción para calentar el ambiente, y ciertas canchas no solo son templos del futbol, sino del rock: pensemos en el Monumental de River, o en Camp Nou, que son lugares de culto para ambas religiones.

Finalmente, creo que quisiera dejarles una canción que muestra ese drama, épica y conflicto que construyen al futbol:  La Tómbola (si yo fuera Maradona), de Manu Chao (aparece en La Radiolina, del año). En vez de un furioso ska/punk, se decide poner a la más grande leyenda que ha tenido el deporte en clave de balada fronteriza como lo que es: una leyenda en vida y un símbolo ambivalente de algo más grande que él. Quienes le amaban u odiaban se ven representados en el respeto, la magia y pasión que encuentran en el juego. Yo no soy Maradona, no soy Messi. No lo somos, pero amamos al futbol y sabemos lo difícil que es ser un protagonista de este.  Manu lo dice muy bonito: Si yo fuera Maradona viviría como él / si yo fuera Maradona frente a cualquier portería/  si yo fuera Maradona nunca me equivocaría.

No nos equivoquemos. Veamos el futbol tal y como es. Démosle la oportunidad de ser ese fantástico resumen de lo que somos, y de los que esperamos ser. Disfruten el Mundial, y nos vemos en 15 días.

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