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El Telégrafo
Efrén Guerrero

El mundo según el rock and roll: ¡estamos en campaña!

22 de julio de 2023

El mejor y el peor Ecuador se unen, en una mezcla de realismo mágico, pero de magia negra. Durante estas semanas tendremos una desbocada carrera, mejor que la última hora de Le Mans, entre nuestros candidatos. Las redes sociales y las calles y plazas se llenarán de delirio y de color, en la que los caballeros y la señora candidatos a la Presidencia harán todo lo posible por conseguir nuestro voto. Y cuando digo que van a hacer todo lo posible, lo harán.

¿Hay que bailar canciones que no escucharían ni en sus mejores sueños? Lo van a hacer. ¿Comer comidas en cantidades que alimenten a un batallón o en sitios que ellos ni en pesadillas fueran? Sin lugar a dudas. ¿Abrazar ancianitos y bebés desconocidos? Si de eso se trata el tinglado. Desde que los humanos nos volvimos bípedos, tenemos la necesidad de elegir a nuestro líder. Ya que la fuerza bruta o el uso abierto del dinero son ilegales, la manipulación emocional es la única mirada.

Y ese no es un problema de los candidatos. Es un problema de la estructura, y también de la evolución histórica. Aunque los romanos, en época de la República, ya tenían ciudadanos electos para ciertas funciones, y tienes varios sistemas de elecciones en el Medievo, los comunicadores políticos apuntan a la última mitad del siglo XIX en los Estados Unidos como el primer lugar donde empezaron a hacer del candidato un objeto de consumo. La literatura cuenta que Lincoln llenó las ciudades con su efigie. De hecho, en crónicas de sus oponentes se quejaban: "El país está inundado de imágenes de Lincoln, en todas las formas y tamaños imaginables, y a precios baratos." Le fue tan bien que fue presidente. Y desde ahí, todo fue una pendiente resbaladiza, de los carteles y los mítines a Twitter, podcast y Tik Tok.

Las ventajas de este procedimiento son muchas, pero tengo una crítica centrada en mi inocencia democrática: ¿qué pasa si asoma un candidato/a con buenas ideas, inteligente, con un liderazgo positivo y honesto, pero sin un ápice de carisma? No bailará rock and roll ni salsa choque. No le gusta comer en sitios que no conoce ni mucha comida. No abrazará ni a viejitos ni a bebés. Pero se le nota que le gusta trabajar y que quiere servir a su comunidad, tiene propuestas sensatas y es un ser humano bastante coherente. ¿Los partidos políticos lo elegirían? Probablemente quede relegado en la maquinaria electoral.

El 20 de agosto no elegiremos presidente, eso es seguro. Elegiremos un producto diseñado por directores de campaña, con discursos científicamente controlados por comunicadores políticos y con actividades diseñadas por expertos en marketing. Recuerden eso. Lo que nosotros, como ciudadanos con el derecho del control de la democracia, es tratar de entender al señor o señora que ves en el mitin como un producto, y hay que rascar un poquito más de la superficie. Lee el plan de gobierno. Escucha a los críticos de tu candidato. No trates como enemigos a aquellos que no piensan como tú. Recuerda que el 21 de agosto todos seguiremos metidos en el mismo barco, y eso nos obliga a aquel a quien prestamos (eso es importante, prestamos) el timonel durante 14 meses.

Implica tomar las mejores decisiones. Una de ellas es escuchar los consejos de Alice in Chains. El último track de su disco "Black Gives Way to Blue" del año 2009, llamado “Your decisión” afinó esa mezcla de metal progresivo, rock alternativo y grunge que los volvió leyenda. Escrita por Jerry Cantrell, quien también canta la voz principal en la canción, fue lanzada como el segundo sencillo del álbum el 16 de noviembre de 2009. Esa es una balada que habla de las decisiones y sus consecuencias. Layne Stanley, su icónico cantante, luchó por años con las adicciones y admitía que su peor error fue su enganche con la heroína. Esa canción habla de una advertencia sobre cuál puede ser una elección no cavilada, o solo llevada desde la superficie: "Es tu decisión... abrumado, elegiste huir... alimentando el fuego que nos incendió a todos”.

Ahí está el truco de la nueva elección. Tal vez la más importante de toda nuestra historia. Frente a la moledora de carne que se ha vuelto el país, necesitamos decisiones basadas en observar menos al producto y más al ser humano que puede ocupar Carondelet. Más inteligencia y eficacia y menos marketing. Espero que los candidatos se den cuenta. Así como Layne Stanley luchó con las consecuencias de decisiones precipitadas, nosotros como votantes también debemos reflexionar sobre las consecuencias de las elecciones políticas. No dejemos que el marketing y las estrategias superficiales nos nublen la vista. Miremos más allá de la imagen fabricada de los candidatos y busquemos la verdadera sustancia detrás de sus propuestas.

Simplemente elegir seriamente. Nada más deberíamos hacer. Crean en el rock and roll. Tengan muy buena semana.

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