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El Telégrafo
Efrén Guerrero

El mundo según el rock and roll: en el valle de la sombra de la muerte

24 de marzo de 2023

No soy una persona creyente. Aunque vengo de un hogar católico y la religión es parte de las cosas que me dan curiosidad y su entendimiento es vital para comprender este mundo loco de hoy, no practico ninguna. No siento que la trascendencia sea para mí. Creo que en este pequeño suspiro cósmico están contenidas todas nuestras posibilidades y que la existencia de una presencia omnisciente no es integrante en la ecuación. Al menos para mí no funciona. 

Pero no voy a negar que en la religión están contenidas ciertas palabras de sabiduría, y que el rock and roll, lo que más amo en la vida, ha bebido del góspel y de las iglesias. Elvis lo hizo. También Bono, de U2, rescatando los sonidos de templos de Harlem para el Joshua Tree. Inclusive el death metal más satánico, usando toda la imaginería luciferina para sus malvados (jeje) propósitos.

Con esos antecedentes, siempre tengo una Biblia en su traducción Reina Valera, cerca de mi escritorio. No sólo por ser un regalo familiar (era de mi abuela), pero también sirve a veces para explicar las cosas que suceden. Y en Salmos 23:4-6 lo pone bien claro “Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo”.

Y creo en esa frase, porque creo que en Ecuador estamos en ese largo “Valle de la sombra de la muerte”. Hemos decidido negarnos la vida y entregarnos a la muerte como una forma de transitar en este momento en el tiempo. Y celebramos la muerte de nuestros semejantes con violencia y malignidad.

Estas dos últimas semanas, hemos visto asesinatos en vivo. Un grupo entrando a punta de martillo a una instalación de tratamiento de adicciones. Y matan a sus residentes. En otra una mujer clama por su vida mientras con sadismo y pistola en mano una voz exige un rescate. Han encontrado restos de una persona bajo un puente en otra ciudad. Y cada día nuestros teléfonos se llenan de imágenes de nuestra crónica roja cotidiana. Estamos paralizados por la rabia, el morbo y el miedo, y nuestros liderazgos políticos haciendo de orquesta del Titanic, desde la primera clase, mientras el resto no tiene chalecos o botes salvavidas. Hasta el Tapón del Darién es un sitio paradisíaco para muchos en comparación a este País de la Canela Sangrienta. 

Ya nada nos mueve. Hemos decidido esperar a que toque el Apocalipsis nuestra puerta. Y no hacemos nada para impedirlo. La masa crítica ha desaparecido y simplemente tenemos productos micro colocados. Nuestras pequeñas cámaras de eco nos impiden ver en el otro tal vez un igual y alguien con quien unirnos. Ni el horror nos une. 

El camino del valle de las sombras de la muerte es largo. Y va a ser difícil, porque antes de que tomemos una resolución nacional de que es más importante construir con todos, incluyendo al que piensa diferente a ti, tendremos que sufrir más. Que vivir en paz, con pluralismo, racionalidad y ciencia no debe ser patrimonio de los lugares a donde queremos migrar, sino que pueden hacerse en estas tierras ahora manchadas con sangre. La Historia demuestra que los desastres más grandes empiezan cuando aplastas la opinión de los demás, divides a la sociedad entre contrarios irreconciliables y el colapso de las estructuras de convivencia importa.

Ahora debemos empezar a movernos. Hay una canción de Shawn James, una de las voces más importantes de este siglo que lo pinta. Se llama Through the Valley (un single de su disco de 2012, Shadows). Es una buena reflexión sobre la moralidad y la mortalidad. Habla que la muerte puede venir sin previo aviso y que ninguna cantidad de dinero o poder te salvará. Describe el miedo y la incertidumbre de estar en momento más terrible, pero también ofrece esperanza a través de la misericordia y la bondad: “seguramente la bondad y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida … pero no puedo caminar por el sendero correcto porque estoy equivocado”.

La delincuencia en Ecuador es una sombra oscura que se cierne sobre nuestra sociedad y nos amenaza a todos. En este valle de la sombra de la muerte, no podemos permitirnos vivir con indiferencia y apatía. La canción de Shawn James nos recuerda que debemos caminar con coraje y determinación, enfrentando nuestros miedos y desafíos con la verdad como nuestra guía. Sin embargo, también nos advierte que la ignorancia y la inacción son un camino seguro hacia la perdición. Si seguimos negando la realidad de la violencia extrema y la corrupción que nos rodea, estaremos condenados a caer más profundo en la oscuridad del valle. Debemos reconocer nuestra propia responsabilidad en la creación de una sociedad justa y honesta, y trabajar juntos para construir un futuro mejor. No podemos permitir que la melancolía nos consuma, sino debemos usarla como un llamado a la acción. El futuro de Ecuador depende de nuestra capacidad para enfrentar los desafíos con valentía y determinación, y para luchar por un mañana más brillante.

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