Escribo esta crónica desde casa, intentando asimilar la abrumadora cantidad de información sobre los conflictos en Israel y Palestina, las noticias previas a las elecciones en Ecuador, la insurrección civil en Guatemala, la polarización en Argentina y otros problemas que aparecen en los periódicos en un día festivo
Las diversas luchas por la identidad que están ocurriendo en todo el mundo y la confrontación entre extremos irreconciliables marcan el escenario en este agitado Siglo XXI, donde de vez en cuando presenciamos una escena familiar: un camino cubierto de polvo o asfalto, lleno de cadáveres y el ruido de los servicios de emergencia tratando de rescatar a los heridos. Parece que la humanidad en su estado más puro es un joven veinteañero matando o maltratando a su semejante.
Esto nos lleva a lo que los expertos en relaciones internacionales llaman una "circunstancia liminal". Los líderes internacionales sienten un indefinible sentido de que las certezas están desapareciendo y que algo nuevo está por venir, aunque no sabemos si será mejor. Xi Jinping, líder de China, habla de "grandes cambios que solo ocurren cada cien años". Biden dice lo mismo: "ahora es un momento en el que las cosas están cambiando. Habrá un nuevo orden mundial". Incluso el enigmático Vladimir Putin afirma que: "la era del mundo unipolar ha terminado. Nada volverá a ser como antes en la política mundial".
¿Dónde se encuentra Ecuador en medio de este movimiento de las placas tectónicas de la historia? ¿Tomaremos las decisiones adecuadas en el ámbito de la política internacional? ¿O estaremos una vez más en el último vagón de las decisiones, simplemente enviando recursos a los actores principales?
Esto se decidirá, al igual que muchas otras cosas, en el día cero de Ecuador. El 15 de octubre, debemos votar y decidir. El futuro del país podría cambiar drásticamente, o podríamos hundirnos aún más en los tiempos oscuros que estamos viviendo como civilización.
Por más repugnante o inhumano que pueda parecer el futuro, todo se basa en la decisión democrática. Nuestro presidente o presidenta deberá enfrentar un panorama internacional complejo, donde los conceptos de "aliados" y "adversarios" son fluidos y dependen en gran medida de la capacidad del Estado para combatir amenazas existenciales como el crimen organizado y la inseguridad. Esto implica una estrategia táctica a corto y largo plazo y la comprensión de que, en estas aguas internacionales, Ecuador se encuentra solo.
No todos los cambios en la vida son para mejor. Es como es; todo cambia y lo juzgamos como bueno o malo. Algunos lo explican mejor que yo. Lanzada en 1972, "Changes" es una de las canciones más melancólicas de los pioneros del heavy metal, Black Sabbath. Es la canción más enigmática de su discografía. En contra del aplastante sonido de guitarra y la agresión del cuarteto, la canción es una emotiva y simple balada de piano. Fue escrita sobre la separación del baterista de la banda, Bill Ward, de su esposa. Perder a alguien que aprecias es uno de los sentimientos más dolorosos de la vida. La canción captura a la perfección todos estos cambios y sentimientos desgarradores, sumergiendo al oyente en una montaña rusa emocional. Creo que es una banda sonora adecuada para lo que viene.
Creo que debemos enfrentar la situación como lo hizo Black Sabbath. Experimentar el espíritu de la época y ver qué sucede. Esta semana, Ecuador se enfrenta a cambios en medio de una época convulsa de la historia. ¿Lo lograremos? No lo sé, pero los cambios existen y continuarán. Tengamos fe. Creer en el rock and roll. Nos vemos pronto.