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El Telégrafo
Efrén Guerrero

El mundo del rock and roll: completar el pasado con el futuro

03 de noviembre de 2023

Existe un momento en el que la nostalgia y la conciencia de cualquier amante de la música se remueven al aparecer el anuncio de "una nueva canción de los Beatles". A veces, es una noticia feliz debido a la recuperación de los extensos archivos de grabaciones en vivo o de estudio realizados durante esos dorados diez años, en los que la banda se convirtió en una de las principales exportaciones británicas y en una de las fuerzas moldeadoras del mundo moderno en el siglo XX.

Ahora, surge el problema de los mecanismos, medios y métodos que construyen esta nueva canción. El 13 de junio de este año, Paul McCartney anunció en la emisora de la BBC que iban a utilizar inteligencia artificial para publicar la última canción del grupo, llamada "Now and Then". La leyenda cuenta que John Lennon grabó un grupo de canciones en una grabadora de casetes en su departamento del edificio Dakota de Nueva York, frente a Central Park. Este material estuvo guardado en los archivos personales de la familia de John Lennon durante años, hasta que Yoko Ono entregó un sobre con la inscripción "Para Paul" en 1994. Dos de las canciones de esa maqueta, "Real Love" y "Free Bird", ya aparecieron en los dos discos de antología de los años 1995 y 1996.

"Now and Then" presentaba un problema, ya que esta canción interpretada por Lennon no estaba completa en la maqueta; solo contenía un estribillo y un par de estrofas. En el año 2021, cuando Peter Jackson mostró su documental "Get Back", se utilizó un algoritmo de inteligencia artificial para extraer la voz de John Lennon, completar y unir los fragmentos de la canción y mezclar la grabación.

Como entenderán, la idea de utilizar inteligencia artificial en un ámbito tan creativo como la música ha generado un debate que se alimenta por la capacidad de las herramientas disponibles en el mercado para simular voces, sonidos e incluso vídeos, lo que plantea antiguas y nuevas controversias. Si escuchan la canción, podrían tener dificultades para diferenciar si están escuchando la voz real de John Lennon o si se trata de una fabricación basada en la información de las maquetas originales procesadas con tecnología. El asunto se complica aún más cuando Paul McCartney aporta bajo y piano en la grabación, y Ringo Starr recupera la batería de su grabación.

Mientras escribo estas líneas, estamos terminando el año en el que la tecnología más disruptiva de la historia de la humanidad se ha instalado en nuestras vidas. Ya sea a través de asistentes de escritura o herramientas para acelerar la edición de audio y vídeo, así como asistentes para el hogar, la inteligencia artificial está tomando una parte considerable de nuestras vidas. Esto plantea una serie de dilemas éticos y sociales: ¿hasta qué punto estamos reemplazando nuestra inteligencia con la capacidad de las máquinas? ¿Podría generarse un escenario de "reemplazo" en amplias partes de nuestra economía? Y la que considero más importante: ¿estamos llegando a un punto de singularidad tecnológica en el que las máquinas se den cuenta de su propia existencia y de nuestras limitaciones en el procesamiento de datos?

Mientras tanto, aquí en Ecuador, seguimos utilizando la tecnología de manera superficial, y nuestra educación tecnológica percibe todos estos comienzos como actos de pura magia. Esto me lleva a una preocupación: ¿está preparando nuestra educación media a los jóvenes para adaptarse tecnológicamente, de modo que no solo sus conocimientos teóricos sino también su capacidad de interactuar con la tecnología defina sus profesiones y ascensos profesionales? Me gustaría pensar que no somos simples espectadores y que deseamos ser participantes en estas revoluciones tecnológicas que avanzan rápidamente. Debemos lograr, desde la periferia del mundo, insertarnos en estos lugares tan relevantes con la tecnología.

Los Beatles siempre serán considerados la banda más importante que ha existido. A pesar de que no son de mi devoción, creo que su contribución es gigantesca y que su influencia en la música popular será eterna. Ahora, la entrada de mecanismos de inteligencia artificial en el proceso creativo musical, y con ello en las actividades que más placer proporcionan a la raza humana, puede ser un signo significativo de que los tiempos están cambiando. Nuestra pregunta debe ser si nuestras vidas y nuestras estructuras sociales son capaces de adaptarse a estos cambios y de reconstruirse. Mientras tanto, disfrutemos de noviembre y esperemos que, en estos tiempos tan oscuros para todos, la música nos brinde un poco más de felicidad. Crean en el rock and roll. Nos vemos pronto.

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