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El Telégrafo
Rosalía Arteaga Serrano

El mundo de las máquinas

25 de junio de 2024

La verdad es que frecuentemente me siento bastante desubicada, enfrentada a tratar con máquinas en lugar de con seres humanos. Habrá muchos que piensan que esa es la maravilla de la modernidad y probablemente tienen razón.

Sobre todo, en los múltiples viajes que realizo y que siempre han tenido el encanto del trato con las personas, hallo que padezco una especie de des confort que se acentúa con los tiempos y es mi intranquilidad y muchas veces la imposibilidad de tratar con las máquinas.

Puede el problema presentarse a la hora del chequeo del boleto, que impajaritablemente debemos hacerlo online, cuando uno arriba a un aeropuerto, sea local o internacional, debe imprimir la etiqueta para los equipajes en la máquina, si uno quiere tener un pase a bordo impreso, se debe pedir a la misma máquina. Si se registra en un hotel, frecuentemente tiene que enfrentarse a la máquina.

Claro que sí, por ejemplo, usted está en la China, se dará cuenta de que ya nadie usa el dinero físico, y ni siquiera las tarjetas de crédito tienen razón de ser. Por ello, si no tiene el dinero electrónico a través del WeChat, está perdido, no puede tomar un taxi, no puede hacer el más mínimo pago si no está electrónicamente conectado.

Claro que esto de los pagos electrónicos se está generalizando a muchas partes del mundo.

Yo, ignorante como soy, todavía me resisto a ese tipo de pagos, me sublevo cuando llamo al teléfono y me sale la voz artificial que me contesta y que no tiene inflexiones ni matices; los supermercados en los que han desaparecido los jóvenes cajeros, me aterrorizan, siento que es cada vez más difícil interactuar sin la mediación de las máquinas.

Cuando estamos en un avión, un autobús, en la calle, los autómatas pegados a un celular es lo que más vemos, lo que me angustia sobremanera, estamos perdiendo el contacto con los seres humanos y con ello perdemos la humanidad.

 

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