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El Telégrafo
Mónica Mancero Acosta

El mundo al revés

01 de septiembre de 2014

Sorprendidos, estupefactos pudimos advertir, en estos días, cómo antiguos militantes de izquierda de larga trayectoria, tradicionales asesores y aliados de los obreros y trabajadores, aparecen en descarnadas entrevistas televisivas, a propósito del Código de Trabajo, poniendo cortapisas a los históricos derechos de los trabajadores como la huelga y otros. Paralelamente, vemos cómo la derecha sale a defender olímpicamente a los trabajadores frente al nuevo código de trabajo, a los empleados de las telefónicas, a los maestros cuyos fondos recibirían un tratamiento distinto al actual. En fin, esto es lo que se pinta como el mundo al revés.

Entonces una se pregunta acerca de las razones de este giro inesperado. ¿Por qué vemos a los antiguos militantes de izquierda poniendo reparos acerca del histórico derecho a huelga, y a banqueros hablando a favor de los derechos de los trabajadores? ¿Qué perversa lógica de la política opera tras el pragmatismo del poder en un caso,  o las apetencias del poder, en el otro caso? Es difícil saberlo, lo que tenemos son sospechas. Sospecha de que a la derecha se le brindan las oportunidades políticas para lucirse en defensa de una sociedad cada vez más arrinconada; sospechas de que el pragmatismo del poder cada día se vuelve más “realista”.

El señor Lasso ha dicho que la iniciativa de consulta que ahora auspicia es “para ponerle un freno al Estado controlador, defender la democracia ecuatoriana y mantener valores esenciales, como la alternancia en el poder” (Diario Hoy, ahora extinto). La derecha auspiciando la democracia directa y la izquierda oponiéndose a ella. Nuevamente el mundo al revés.

Me parece que cada día se tensiona más el panorama y vamos entrando a un escenario polarizado, con la desventaja de que amplios sectores se voltean hacia otro lado. Debemos revisar la historia,  ya tuvimos que decidir en alguna oportunidad entre Abdalá Bucaram y Álvaro Noboa, ya nos pusieron contra las cuerdas, y los resultados fueron nefastos. Sospecho que hay cosas que la cultura política de los ecuatorianos no tolera, de ahí las consecutivas revueltas y cambios de presidente. Ya tuvimos unos presagios en las elecciones recientes que nos pueden dar la pauta.

Pero ¿quién trabaja a favor del señor Lasso? Se le entrega en bandeja de plata a la derecha la iniciativa, el reconocimiento y la capacidad de propuesta para hacerse con los laureles, y claro, ni tonta ni perezosa, va a llevar agua para su molino. Mientras se tomen más atajos y desvíos de la hoja de ruta que constituye la Constitución de Montecristi, más nos arrinconan contra las cuerdas para llevarnos hacia los brazos ansiosos de la derecha ecuatoriana, hoy supuesta abanderada de los derechos sociales.

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