Las cifras no mienten, el crecimiento de nuestro turismo emisivo hacia Norteamérica evoluciona más rápido que los demás continentes, arios en pleno decrecimiento, lo que convierte a Latinoamérica en objeto de especial atención para el Departamento de Comercio del gigante del norte, cuya crisis económica busca en el turismo un salvavidas, al punto que la política de visas está sufriendo drásticos cambios con los países que han crecido sostenidamente en sus visitas, como Brasil, que superó el millón de visitantes, por lo cual se analiza con seriedad la posibilidad de eliminarles la visa a los cariocas.
Argentina apenas si retorna a sus índices de hace 10 años, así como Venezuela. Colombia crece, pero aún más Ecuador, quinto emisor sudamericano de turistas a EE.UU. Los destinos más visitados son Florida, Miami, Orlando, NY, NYC, California, Texas, Las Vegas, Washington DC, Chicago y el 88% va por “shopping”, 77% busca restaurantes y 43% parques temáticos.
Escribo este artículo desde Las Vegas, como invitado a La Cumbre, el principal evento turístico de Norteamérica para Latinoamérica, que ahora extiende su alcance a una feria de las Américas, este año con un 15% de crecimiento, más y mejores compradores.
Este evento se realizó en el megahotel The Venetian, de 7.200 suites, y empezó con una fiesta de apertura por la cual tres grandes hoteles quisieron ser anfitriones, algo impensable hace 10 años y una clara evidencia de lo importante que es Latinoamérica para la economía del coloso del norte.
La Vegas tiene un precio por habitación impensable en otras partes del mundo, por 150 dólares se accede a una habitación de 5 diamantes, que en cualquier otra ciudad costaría tres o cuatro veces más y, como dice nuestro
anfitrión Rafael Villanueva, es hora de que Latinoamérica venga a Las Vegas, que ahora se transforma en un destino familiar.
Rafael Villanueva, gerente de Negocios Internacionales de Las Vegas CVA, es el hombre orquesta que incansablemente vende este tentador destino en todo sitio del planeta en donde con su amplia sonrisa se gana un espacio que de inmediato lo convierte en un escenario fastuoso con una muestra de los atractivos de la capital de la diversión, como los Blue Men.
Los casinos evidentemente trabajan las 24 horas, pero lo fascinante son los shows, deslumbrantes escenarios de cientos de millones de dólares para obras que sobrepasan la imaginación. El buró de convenciones de Nevada extiende su invitación por unos días al Cañón del Colorado, pero eso será otra historia.