Que en la soberana República de Ecuador se ha hecho mucho desde 2007 es cierto. Así lo reconocen propios y extraños.
Sin embargo –según lo ha manifestado el presidente Rafael Correa– aún falta mucho por hacer.
El 2 de octubre de 2013 aparece el artículo titulado ‘El milagro ecuatoriano’ en la revista de economía y finanzas colombiana de nombre Dinero.
No se trata de una revista a la que pueda calificarse de izquierda o, al menos, de tendencia progresista. El texto es el siguiente:
“En los últimos cinco años, Colombia ha permanecido estática en el ranking mundial de competitividad que elabora el World Economic Forum y cuya última entrega se hizo pública a comienzos de septiembre. Mientras nosotros permanecimos quietos en el escalafón, en esos cinco años Ecuador avanzó 34 puestos.
¡Treinta y cuatro puestos! Gracias a eso, el país vecino está a solo dos escalones de nosotros y es muy probable que nos sobrepase en la clasificación de 2014.
¿Qué tiene Ecuador que no tenga Colombia? ¿Cómo hacen los ecuatorianos para ascender vertiginosamente en el ranking mundial de competitividad, del puesto 105 al 71, mientras aquí nos quedamos paralizados en el lugar 69 de la tabla? ¿Cuál es la fórmula del éxito que encontró Ecuador? ¿O es que aquí no hicimos nada en cinco años?
En el caso de Ecuador, la respuesta parece estar ligada a algunas decisiones que el presidente Rafael Correa ha mantenido contra viento y marea. A los colombianos, Correa nos parece arrogante, pendenciero y antipático, pero nadie puede negar que se la ha jugado a fondo en tres frentes: infraestructura, calidad de la educación e innovación.
En infraestructura ha intervenido 7.000 kilómetros de carreteras e invertido más de $ 5.000 millones. Correa ha hecho puentes, autopistas de ocho carriles y una red de nuevos puertos con tecnología de vanguardia. Construyó ocho hidroeléctricas, reconstruyó cuatro aeropuertos y echó a andar la primera línea del Metro de Quito, que transportará 400.000 pasajeros al día. Gracias a eso, la inversión del Gobierno ecuatoriano en obras públicas representa 13% del Producto Interno Bruto del país. Nada que ver con el raquítico 1% del PIB que invierte el Gobierno colombiano en infraestructura.
En materia de educación, los logros de Ecuador son sorprendentes. El país vecino ascendió 40 puestos en el ranking de competitividad global en lo que se refiere a educación superior. Correa ha invertido 30 veces más que los últimos siete gobiernos juntos en este frente. Decretó el cierre de 14 universidades por falta de calidad académica y becó a más de 5.000 estudiantes para que estudiaran en las mejores universidades del mundo. Como si fuera poco, ayudó a bajar la tasa de interés del crédito educativo de 12% a 4,6% y eliminó la deuda por mérito académico (...)”.