No es raro que los pacientes acudan a la consulta de sus médicos “armados” de información tomada de Internet y relacionada con sus dolencias… “nuevo tratamiento para”, “nueva prueba diagnóstica” o bien artículos sobre “nuevos descubrimientos y curas milagrosas” entre otras, por lo que los profesionales de la salud tenemos que dedicar más tiempo a disipar sus dudas.
¿Cómo ha afectado el internet la relación de los pacientes con sus médicos?
Si bien al menos en teoría, es mejor juzgar desde el conocimiento que desde la ignorancia, el problema radica en que la información sobre temas médicos disponible en la red no ha sido filtrada con criterios de “calidad”, por lo que, con frecuencia, las noticias a las que accede la población son heterogéneas y muchas veces no ha sido lo suficientemente contrastada o es sesgada y de baja calidad.
Se ha dicho que la desinformación viaja exactamente por las mismas rutas sociales que el conocimiento preciso y útil. Pero la desinformación casi siempre se distribuye mejor por su sensacionalismo.
Hace algún tiempo, Microsoft realizó una encuesta sobre el comportamiento de las personas cuando buscaban información sobre salud en Internet. Encontraron una “escalada de la consulta”, es decir, que al comenzar indagando por síntomas comunes, terminaron asociando sus dolencias a enfermedades serias. Así, fue más frecuente que los usuarios buscaran información sobre tumores cerebrales en lugar de los síntomas de la abstinencia de la cafeína. Esto ha dado lugar al aparecimiento de una nueva “enfermedad” la “cibercondria” (el miedo a las enfermedades es peor que las mismas).
Estos hallazgos demuestran que cuando el paciente quiere entender mejores aspectos sobre la salud o la enfermedad, también tiene el riesgo de encontrar información que, en lugar de resolver sus dudas, incremente la ansiedad.
Otro trabajo interesante sobre este tema se realizó entre médicos españoles de atención primaria y hospitalaria. Uno de sus objetivos era analizar la percepción que tenían los profesionales sobre cómo Internet influye en la relación con sus pacientes.
El resultado demostró que los médicos hospitalarios hacen un uso de Internet más intenso que los médicos de atención primaria y sin embargo ambos opinaron por igual sobre las ventajas de los recursos de la red para la relación con los pacientes.
En el trabajo, se encontró que a más del 80% de los médicos, sus pacientes les han preguntado alguna vez sobre información leída en Internet. Que casi el 30% de los facultativos recomienda sitios web a sus pacientes (la mitad de ellos creen que les ayuda a conocer mejor su enfermedad y tratamiento). Que alrededor del 30% creen que Internet complica su relación con los pacientes y mina su credibilidad. Y, que la frecuencia con que los médicos reciben consultas de sus pacientes por correo electrónico es escasa (en los hospitales españoles todavía se debate si dar a conocer o no las direcciones electrónicas de los médicos a los pacientes), luego no es extraño este dato. El estudio no dice nada sobre la frecuencia con la que los doctores responden a estos correos…
Puesto que es muy difícil formar a los pacientes en técnicas de lectura crítica para que aprendan a discriminar el marketing de la ciencia, y, dado que cada vez más pacientes van a buscar información sobre su salud, deberíamos convertirnos en su referente y mostrarles dónde buscar información de calidad, es decir, debemos cambiar nuestros hábitos prescriptivos convencionales, aprendiendo a “prescribir sites”.
Sin duda alguna, estamos frente a una auténtica revolución médica cultural provocada por la tecnología, y es comprensible que esta nueva situación genere una respuesta defensiva en el profesional que puede enturbiar la relación médico-paciente, pero si rescatamos las innegables ventajas de tener pacientes perfectamente enterados sobre qué es lo que deben esperar de sus dolencias, podemos llegar a un equilibrio que beneficie a todos.