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El Telégrafo
Edmundo Vera Manzo

El interés privado y el servicio público: conflicto moral

18 de junio de 2016

Cualquier persona tiene el derecho y la libertad de pensar y hablar sobre las ganancias que le gustaría que le produjeran o le producen sus negocios privados. Lo que no es legítimo ni moral es que una persona que durante toda la vida hasta el presente se ha desenvuelto en la actividad privada sea candidato o funcionario público. Puede cambiar de actividad productiva u ocupacional, lo que no debe ser simultáneamente es comerciante y funcionario público. Ser un empleado público, en todas sus jerarquías, es servir a la comunidad y no servirse de los bienes públicos, aparte de su sueldo. El interés privado y el público son totalmente diferentes, como lo es el derecho privado y el público. Si una persona es, cree, piensa y actúa la mayor parte del tiempo como comerciante, no debe ser candidato o empleado público, porque seguirá siendo comerciante en la función pública, que no es para beneficiarse en negocios personales o grupales, sino para servir a la comunidad. Son muy diferentes los objetivos de una escuela de negocios para administrar empresas privadas, que las escuelas para la administración pública. La Universidad de Estudios Nacionales ofrece estudios que debieran ser  aprobados por los altos funcionarios públicos para desarrollar el sentido y amor al servicio público.

Cada quien ve al mundo diferente sobre la base de lo que ha llegado a ser, a sus creencias e intereses. El leñador, el traficante de maderas preciosas, el ecologista, el promotor de turismo, el pintor, el cazador, el poeta, el constructor de viviendas, etc., verán diferente el bosque que observan. Lo más difícil para cualquier ser humano es cambiar lo que hemos sido hasta el presente. Un cambio profundo puede suceder después de acontecimientos extraordinarios en nuestra vida: salvarse de morir de una enfermedad grave, un accidente, una tragedia, una catástrofe, una adicción, cambio de creencias religiosas, filosóficas o políticas. Por ello es que la mejor referencia para conocer a una persona es el currículum, su historia personal. Lo que ofrece una persona hacer o cumplir en el futuro, si es diferente a como ha sido su vida hasta el presente, lo más seguro es que no va a cumplir, porque no es fácil cambiar lo que hemos sido.
¿Debe ser juez quien ha tenido malos antecedentes penales? ¿Cómo puede un fiscal fiscalizarse a sí mismo si se encontrara implicado? ¿Puede un contralor autocontrolarse? ¿Debe un comerciante, sea empresario, banquero, dueño de medios de comunicación, etc., ser un servidor público? No, porque existe conflicto de intereses. ¿Deben los parientes cercanos trabajar en una misma institución pública? No, eso se llama nepotismo.

Uno de los niveles más altos de la ignorancia política es creer que los comerciantes y los más ricos puedan ser buenos funcionarios públicos, que puedan salvar a las comunidades, países o la humanidad. Nunca ha sucedido. Los más ricos siempre quieren ser más ricos o, por lo menos, tener la misma riqueza y para mantenerse en su nivel deben seguir haciendo negocios, tener iguales ganancias,  continuar figurando como ricos y satisfacer a su ego.

Toda persona es lo que dedica la mayor parte del tiempo cada día. Si la mayor parte del tiempo hace ejercicios y practica deportes, es un deportista. Si se dedica a estudiar, es un estudioso. Si pasa pensando, es un pensador. Si se dedica a conquistar mujeres, es un mujeriego. Si pasa con sus hijos, es padre o madre. Si se pasa meditando, es un meditador. Si se pasa solo conversando, es un hablador. Si se pasa leyendo, es un lector. Si se pasa pensando y estudiando lo mejor para el futuro del país, es un estadista. Si piensa y se pasa haciendo negocios, es un comerciante. Por tanto, zapatero a su zapato. Comerciantes: ¡Fuera de los templos y de las instituciones públicas! (O)

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