Hace algunas semanas cuando Sebastian Vettel “se dio una pausa” en su seguidilla de victorias obtenidas en la primera parte de la temporada, permitiendo que sean Jenson Button, Lewis Hamilton y Fernando Alonso los que le tomaran la posta en el primer escalón del pódium, adujimos que desde ese punto, con la igualdad en rendimiento alcanzado por McLaren y Ferrari frente a los Red Bull, y con la ventaja ya obtenida en el puntaje del campeonato, Vettel tomaría con calma la parte final de la temporada y empezaría a correr con “calculadora en mano”, sumando solo los puntos necesarios de un 2do., 3ero. o 4to. puesto para no ver amenazada su abultada ventaja en los puntos sin verse a su vez obligado a arriesgar nada más sobre la pista.
Mas no resultó así, puesto que entonces vino la para de 4 semanas por vacaciones durante todo agosto, y al regresar a la competición, parece que en la fábrica de Red Bull, el ingeniero Adrian Newey y su equipo de trabajo volvieron a encontrar algo en la aerodinámica de sus bólidos, para que a partir de dicho regreso a las pistas, Red Bull volviera a ser la escudería dominante, pero sobre todo con Vettel, porque está claro que su compañero Mark Webber, que no deja de ser un excelente piloto, simple y llanamente ya no está al mismo nivel del joven campeón alemán que, por su parte, desde ya podemos asegurar que será uno de los 5 grandes de toda la historia de la Fórmula 1.
Vettel es un piloto extraordinario, y en los tres últimos Grandes Premios nuevamente ha sido implacable con todos sus rivales.
Intocable desde la sesión de clasificación en la que sin mucho esfuerzo anula a todos los demás pilotos, logrando vueltas que le permiten marcar categóricamente el mejor tiempo para largar desde la “pole position”.
Casi siempre, de igual manera impecable en el arranque para desde ese punto tomar la punta de la competencia y literalmente “dispararse” al frente del pelotón hasta recibir bandera a cuadros.
Eso sí, con una excelente mecánica que acompaña como lo es actualmente el Red Bull tanto a nivel de performance como de confiabilidad (un buen piloto sin un buen auto no puede ser protagonista), y un equipo de mecánicos que trabaja a la perfección, para ello basta ver la perfecta sincronización de aquellos encargados del abastecimiento en pits, en cada carrera.
Lo que les permitió obtener en lo que va del año el récord de velocidad en el cambio de las 4 llantas en solo 2.7 segundos, en el pasado Gran Premio de Italia disputado hace 2 semanas.
Es decir, un muy complejo rompecabezas que actualmente está excelentemente bien armado en Red Bull y trabajando a la perfección.
Y eso mismo es lo que se reflejó nuevamente el domingo durante la decimacuarta válida de la temporada de F1 2011, en el citadino y muy complicado circuito de Singapur, que además se corre por la noche y para cuya iluminación se requiere de 1.500 reflectores.
Pese a ello, el calor y la humedad son intensos, lo que convierte a este GP -a decir de los pilotos- en el más duro de la temporada.
En éste, aparte de Vettel, brilló una vez más Jenson Button, para conseguir un notable segundo puesto por delante del segundo Red Bull de Weber, que pese a largar en primera fila, nuevamente tuvo una mala salida cediendo posiciones ante el propio Button y ante Fernando Alonso.
Al piloto de Ferrari, Webber lo pudo volver a pasar, con lo cual Fernando finalizó 4to., pero a Button ya no pudo ser. Lewis Hamilton finalizó 5to. tras una gran remontada al tener que “remar” desde atrás luego de haberse involucrado, como de costumbre, en un incidente producto de su ya famosa excesiva vehemencia.
Esta vez el contacto fue con Felipe Massa a quien Hamilton le “arruinó” la carrera, pues el alerón de su McLaren pinchó la llanta trasera derecha del Ferrari del brasileño.
Esta no es ni la primera ni la segunda vez que Hamilton golpea en pista a Massa, por lo que fuera de ella, finalizada la competencia, Felipe increpó fuertemente a Lewis, lo que podría traer sanciones de orden disciplinario para el brasileño, que una vez más en este año se vio involucrado en un incidente en carrera y no exactamente por su culpa.
Con respecto a Hamilton, es difícil comprender qué más están esperando los comisarios deportivos para sancionarlo, ya no solo con un “pase y siga” por pits, sino con una suspensión de al menos una carrera...
Michael Schumacher volvió a ser protagonista, pero esta vez no con una buena presentación, sino generando un espectacular accidente al volar él mismo por los aires tras embestir por detrás al Sauber de Sergio Pérez, cuando ambos luchaban por posición.
Un error reconocido por el propio “Schumi”, imputable quizás a los casi 43 años del “Kaiser”, en los que la velocidad de reacción y reflejos no son los mismos que a los 25 ó 28, peor por la noche en que a esa edad la visión tampoco es la misma que cuando era más joven…
Con este resultado, Vettel es virtualmente bicampeón mundial, le falta solo un punto, lo que con mucha seguridad se dará dentro de 15 días en el GP de Japón. ¡Hasta entonces!