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El Telégrafo
José Gonzalo Bonilla

El hombre es un lobo para el hombre

13 de abril de 2023

El Ecuador dejó de ser una tierra de paz. Los noticieros se han convertido en reporteros de crónica roja. Los ciudadanos nos hemos recluido en nuestros hogares. No hay lugar seguro que pueda brindar protección y seguridad. Por aire, mar y tierra, las bandas criminales asedian a toda la población. El Estado se ha vuelto un convidado de piedra hasta llegar a la complicidad.

El poder judicial reclama un presupuesto que no lo ha podido ejecutar y que, al mismo tiempo, no anuncia cambios cualitativos significativos en la administración de justicia. Tampoco han sido capaces de garantizar la restitución de los dineros de la corrupción detectados. El presidente del Consejo de la Judicatura armando paros contra el poder ejecutivo, y sin garantizar la conformación de un sólido equipo de jueces idóneos.

El mismo presidente de la Judicatura, parecería que se ha sumado a las fuerzas desestabilizadoras de la democracia instauradas por la Asamblea Nacional, una parte del movimiento indígena y -sobre todo- a órdenes de la cabeza prófuga de la justicia, en Bélgica.

¿Qué decir de la Asamblea Nacional? En su conformación, se parece más a un comité de suspensos, aplazados y perdidos el año que a un cuerpo colegiado que promulga las leyes en favor del desarrollo y el bienestar de los ecuatorianos. Estos asambleístas de tacos torcidos” han impedido la lucha contra la delincuencia al no haber generado ni aprobado leyes para el efecto del combate. Han maniatado de pies y manos al Ejecutivo sin dotarles de los instrumentos legales.

¿Qué decir del poder Ejecutivo? Ha gobernado con los ojos semi cerrados nombrando cargos y ejecutores de la política de seguridad sin formación ni justificación alguna. Ha permitido la salida anticipada de las principales figuras apresadas por corrupción. Tan sólo queda tras los barrotes Pareja Yannuzzelli, una figura incómoda para el correísta. El límite entre la acción y la omisión es muy lábil. El resultado es único. No ha recuperado un centavo de lo robado y tampoco ha reconstruido el sistema de seguridad desarmado por el régimen cleptoautoritario de la década.

Y al otro lado de la orilla nos encontramos los ciudadanos que, en posición totalmente cómoda esperamos que nos den resolviendo la situación, otros. Quizá también esperamos que el futuro se acomode de manera mágica... También somos cómplices.

“Bellum omnium contra omnes”, todos contra todos dijo Hobbes en El Leviatán. De este principio se deriva, del mismo autor, el “Homo homini lupus est”, el hombre es un lobo para el hombre. 

Como corolario de estos dos principios, el gobierno no ha visto mejor estrategia que aquella de abrir la posibilidad de armar a la ciudadanía… 

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