"El gobierno criminal ha surgido a raíz de las cárceles”. Es la expresión utilizada por el Coordinador del Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado, la que puede llevar a varias lecturas y de pronto no apropiada para el momento crítico que vive el país.
El término "gobierno criminal" es altamente cargado y polémico, y su uso puede variar según el contexto político y la perspectiva de quienes lo emplean. Algunas veces, se utiliza como una acusación política o una forma de protesta para denunciar comportamientos que se consideran inapropiados o ilegales por parte de un gobierno. En casos extremos, si se puede demostrar de manera concluyente que un gobierno está involucrado en actividades criminales graves y sistemáticas.
El crimen organizado, el terrorismo y la defensa de la soberanía son temas cruciales en el ámbito de la seguridad nacional y las relaciones internacionales, y que el gobierno de turno no ha tomado al toro por los cuernos. No resulta agradable escucharle al presidente decir que se trata de una pelea entre bandas criminales, porque lo evidente es que la violencia intracarcelaria se reproduce en las calles, pero además como entender que a estas alturas de su mandato se pronuncie de esa manera cuando meses atrás emitió el Decreto Ejecutivo 730 en el que dispone a las Fuerzas Armadas que en cumplimiento de su misión constitucional de defender la soberanía e integridad territorial y de proteger los derechos, libertades y garantías de los ciudadanos, ejecuten operaciones militares para enfrentar y contrarrestar a las personas y organizaciones terroristas. Ergo, el gobierno declaró la guerra al crimen organizado, por lo tanto, las Fuerzas Armadas deben actuar y no esperar más muertos en las calles.
El Crimen Organizado refiere a grupos o redes que están estructurados de manera formal o informal y que participan en actividades ilegales a gran escala; esto puede incluir el tráfico de drogas, el contrabando de armas, la trata de personas, el lavado de dinero y otras actividades ilícitas. La presencia y operación del crimen organizado dentro de un país puede amenazar la soberanía al desafiar la autoridad del gobierno central y debilitar su capacidad para mantener el orden y la seguridad dentro de sus fronteras. Y de otro lado el terrorismo Implica el uso de la violencia, el miedo y la intimidación para lograr objetivos como causar pánico y desestabilizar gobiernos o sociedades.
La defensa de la soberanía implica la capacidad y la voluntad de un Estado para proteger su territorio, población y autoridad sobre sus asuntos internos frente a amenazas externas o internas; la que puede ser desafiada cuando el crimen organizado opera en el interior del país, pues debilita la autoridad del Estado y compromete la seguridad de la población. El gobierno no ha podido casa adentro poner en marcha la defensa de la soberanía en salvaguarda de los derechos humanos de los ciudadanos de a pie, de la gente de calle, por lo que estaría recurriendo a la ayuda internacional. Ya se alistan soldados de Estados Unidos a desembarcar en nuestro país, lo cual podría ser una afrenta al ejército ecuatoriano que teniendo un decreto y armas no ha podido cumplir con su misión constitucional. El ejército ecuatoriano está en deuda con el pueblo. Y al parecer, el sexto poder del Estado, el crimen organizado lo está derrotando.