Se lo practica y se lo vive en múltiples países de los cinco continentes. En las zonas urbanas y rurales. En las comunidades pertenecientes a avanzadas culturas y en naciones de civilizaciones postergadas. Entre los grupos de niños de aún muy pocos años, así como entre los vigorosos jóvenes. Y aquellos que no tienen edad para ponerlo en práctica, sí la tendrán para convertirse en los fanáticos que acompañan a sus ídolos al lugar en donde ellos protagonizarán un partido con el equipo rival. Todos ellos aman el fútbol desde lo más profundo. Hombres, y ahora también mujeres. Alejándose sin sentirlo y del modo más divertido de aficiones dañinas, como las drogas y el delito y, además, contribuyendo de esta manera al fortalecimiento del espíritu democrático y a la hermandad de su pueblo que, en sus diversos estratos, acude fielmente a los escenarios deportivos para presenciar y animar el juego de su equipo.
De seguro que es un tema de sesudo análisis para científicos de las más variadas disciplinas: sociólogos, sicólogos, maestros, politólogos, deportólogos, economistas y también antropólogos. Y si es tiempo de un Mundial de fútbol, que se cumple cada cuatro años a partir de 1930, el planeta entero contiene la respiración durante todo el tiempo que dura un encuentro, cada quien gritándole consignas al conjunto que representa a su país y en especial cuando el partido llega a su clímax, en los momentos en que la pelota traspasa la línea de gol en el arco rival. Como ven, y como sucederá después de pocos días, surgirán nuevos héroes del mundo sin que por suerte no haya sucedido una terrible guerra mundial y fortalecerán su sitial quienes ya habían sido calificados como seres superiores que, en el campo de batalla deportiva, se olvidan de su propia integridad en aras del prestigio de su patria y de la felicidad de sus connacionales. Porque esto, sobre todo, es un asunto de honor.
Ahora se trata de la XX versión del Mundial de Fútbol, que esta vez se desarrollará en Brasil, desde el jueves 12 de junio hasta el domingo 13 de julio, siendo la segunda vez que el certamen se realiza en el país gigante de América Latina, después de que en 1978 se cumplió allí una Copa Mundial. ¿Cuánto le cuesta a Brasil la organización de la más importante fiesta del balompié? Sabemos que aún a la fecha de escribir este artículo no es posible señalar una cantidad determinada, pues varía diariamente en miles de millones de dólares.
Tomando en cuenta los gastos que comprenden rubros diversos e indispensables para el desarrollo del Mundial en tierras brasileñas, como construcción y reforma de 12 estadios, 13 aeropuertos, así como diversos puertos, seguridad y transporte urbano, a fin de cubrir necesidades de las 12 ciudades anfitrionas, se ha dicho que el costo final sobrepasaría los 13.500 millones de dólares, para llegar más allá de los 66.145 millones.
Pero a su vez, se supone que la economía de Brasil recibirá a través del turismo un importante impulso. La FIFA espera que lleguen alrededor de 3,5 millones de aficionados, procedentes de 199 países, quienes ya han adquirido sus boletos de viaje. Faltando tan pocos días para el inicio de la mayor fiesta mundial del balompié, muchos detalles se encuentran listos. La canción que identificará a esta versión del Mundial de Fútbol es creación de la colombiana Shakira, quien también fue la voz del Mundial de Sudáfrica en 2010, con su canción ‘Waka Waka’. Esta vez en Brasil la cantante compuso ‘La La La’, que la interpretará junto a las estrellas Ricky Martin, Jennifer López y Pitbull.