El fuego como fenómeno de la naturaleza ha despertado ciertas emociones y sensibilidades en la humanidad por su importancia; de ahí que canciones, refranes, poemas han tenido como inspiración al fuego así como obras que se han realizado a través de la fragua, el fuego es para el oro, el bronce, el cobre, el hierro como el agua es para la vida.
Sin embargo, el fuego, como uno de los cuatros elementos de la naturaleza, se ha puesto de moda acá en Ecuador y en algunos países latinoamericanos para destruir y como expresión de violencia, lo cual contrasta con el fuego que es símbolo de la purificación desde algunas cosmovisiones como la andina por ejemplo.
Es impresionante ver que el mes de octubre se ha convertido desde un tiempo acá en un mes emblemático por lo menos en Ecuador, puesto que se han dado hechos violentos en los que el fuego ha sido el gran protagonista. Hace un año fue un edificio de un medio de comunicación y el de un órgano de control en nuestro país, en donde se quemó la evidencia de los actos de corrupción administrativa que se habían descubierto en el país. En estos días se anunció la pira de una librería por el solo hecho de haber indicado que se iba a vender un libro que de pronto desagrada a ese sector interesado en generar el caos nacional. Octubre mes aciago para el patrimonio cultural y el mundo de los principios.
Y claro, dos templos católicos en Chile ardieron con el fuego en estos días; esperemos no sea un efecto dominó orquestado desde algún sector que le interesa desestabilizar la democracia americana.
El valor del oro de ve en el crisol y el error del hombre en el dolor. Alguien dijo que el más tangible de todos los misterios visibles es el fuego. Pero no es menos cierto que la violencia a través del fuego está haciendo su agosto con todo aquello que no gusta a un sector de la población, incluso tratando de arrasar con la historia. Y concluyendo, recordamos, que el orgullo de quienes no pueden edificar es destruir.