El Niño es un evento climático natural erráticamente cíclico, entre tres y ocho años y puede tener un impacto devastador, según el investigador Arthur Strahler. El científico Günther D. Roth, lo define como una irrupción ocasional de aguas superficiales cálidas en el océano Pacífico, junto a la costa de los territorios de Perú y Ecuador; el calentamiento de las aguas puede provocar fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones, sequías, deslizamientos de tierra, incendios forestales y afectaciones en la vida del mar.
El fenómeno de El Niño de 1997-1998 fue uno de los eventos climáticos más intensos registrados; a nivel global más de 23.000 personas murieron, más de 14 millones de personas fueron desplazadas de sus hogares, los daños materiales se estimaron en más de 33 mil millones de dólares.
Ecuador ha sido sacudido por este fenómeno en 1982 y 1997 que cobró decenas de vidas y destruyó gran parte de la agricultura e infraestructura vial, con millonarias pérdidas económicas; los daños totales originados en 1998 ascendieron a 2.882 millones de dólares.
Científicos del Centro de Predicción Climática de la NOAA emitieron un Aviso de El Niño, señalando que las condiciones están presentes y se espera que se fortalezcan gradualmente en el invierno. El secretario General de la OMM, Petteri Taalas, advirtió que El Niño aumentará la probabilidad de que se batan récords de temperatura y se experimente un calor más extremo en muchas partes del planeta. Este anuncio es una advertencia a los gobiernos del mundo, que se preparen para mitigar los efectos que este pueda tener.
En este contexto, el gobierno del presidente Lasso tiene dos alternativas, la oportunidad para pagar la deuda social acumulada en varios años, mediante la inversión emergente en obras de infraestructura, servicios básicos, salud, educación y seguridad para mitigar el embate de la naturaleza o acentuar la crisis generada por la ingobernabilidad.
Las crisis a nivel de gobierno pueden poner en jaque los planes sociales y económicos. Sin embargo, las crisis pueden ser oportunidades para el cambio y el crecimiento, aprender a ser más resilientes y a superar los desafíos; este gobierno acertó en la pandemia del COVID-19.
Finalmente, el presidente Guillermo Lasso declaró prioridad nacional las acciones de prevención y de respuesta frente a la probable ocurrencia del fenómeno de El Niño y aprobó un plan de acción, con ello dijo busca “anticipar los riesgos, mitigarlos y actuar con celeridad” y reiteró que está tomando acciones para obtener recursos, por cierto, se fue de viaje a Europa y EE.UU., en corto, …” Más vale tarde que nunca”.
¡El plan está…esperemos los resultados!