El valor financiero de los productos agrícolas al iniciarse el siglo, de acuerdo al análisis del documento: “Los límites del crecimiento”, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (1972), variarían los precios reales de los productos vitales como son los cereales, alcanzando valores más elevados que los costes de la inflación, aumentando su valor en un ciento por ciento, mientras que el precio de la energía crecerá en 150%, lo cual llama a la reflexión sobre las consecuencias que estos hechos tendrán en la economía de los países subdesarrollados para buscar soluciones.
Además se advierte, en lo que corresponde a las investigaciones de producción agropecuaria, si estas insisten en prácticas agrícolas de incremento mediante modelos de alto consumo de energía, tanto los recursos energéticos como el tiempo de investigación se habrán perdido.
La inestabilidad financiera estará presente cada vez con más frecuencia en el mercado mundial de productos básicos, lo cual apoya fuertemente la urgencia de emprender en las investigaciones sobre Producción Sustentable (ausente de las estaciones experimentales) que ha sido definida como aquella en donde se aprovechan los recursos energéticos propios.
En el caso del Ecuador, la Producción Sustentable, para incrementar los rendimientos estaría fuertemente apoyada por la utilización eficiente de los recursos hidrológicos con los que cuenta el país, de los cuales se aprovechan solamente el 30% de sus aguas superficiales y el 3% de las aguas subterráneas, con una capacidad de eficacia de riego que no sobrepasa el 35%.
Los principales beneficiarios de estos apoyos serían los pequeños agricultores, en su mayor parte temporeros, es decir su agricultura la desarrollan durante la temporada de lluvias, tornándose crítica cuando existe sequía, como en la actual situación climática.
En el Ecuador las Unidades de Producción Agropecuaria (UPA) registradas, menores de 10 ha, son 646.375, el 76% del total y de ellas depende nuestra canasta básica y la subsistencia de no menos de tres millones de campesinos, constituyendo su pobreza la brecha inequitativa más notable de la sociedad ecuatoriana.
Este sector vulnerable, conocedor de las vicisitudes del campo, organizado adecuadamente con capacitadores permanentes y préstamos oportunos para proveerse de riego, sería un ejército invencible contra el subdesarrollo, pobreza y contaminación ambiental.