Si repasáramos los últimos acontecimientos del Ecuador en materia política, ubicándolos bajo la lupa ciudadana, evidenciaríamos el detrimento de la fe pública causado por nudos críticos que el Gobierno actual ha recibido como herencia: pronunciamientos negativos de Contraloría sobre varios actos de la pasada administración; responsables de acciones u omisiones quienes parecería hacen esfuerzo para desconocerlas; y, como gol de oro, un audio en donde personas no precisamente discuten cómo fomentar virtudes ciudadanas.
Como anhelada luz al final del túnel, el Legislativo dio luz verde para repensar la permanencia de su Principal, precisamente por su relación con el audio arriba referido. Posteriormente, el Pleno de la Asamblea Nacional destituyó al As. Serrano como presidente. Finalmente, más de 80 asambleístas miraron a su colega Elizabeth Cabezas para que los represente. Sí, una mujer. Y, qué bueno que sea mujer.
Prácticamente su discurso como presidenta inició expresando “El Ecuador necesita avanzar”, frente a los socialmente no deseables hechos ya conocidos. Como hilo conductor, en su –primera– entrevista, dada a Teleamazonas, reiteró que el camino como progreso es el consenso y el compartir ideas, con todos. Es más aseveró que hubo acuerdos previos en un marco de transparencia pero que exclusivamente tuvieron como brújula la agenda ciudadana. Por otra parte, reconoció la existencia de razones por las cuales se pueda dudar de una autoridad justamente por los problemas que se han dado; previamente indicando: cuestionamientos sí, pero sustentados.
Afirmé: “Y, qué bueno que sea una mujer”; recuerdo parte de una entrevista con la jurista Cristina Reyes (también legisladora): “una mujer le hace bien a la sociedad”. Saltan las palabras del papa Francisco: “la mujer trae armonía al mundo”. Creo que la presidenta Cabezas inyectará armonía y orden en el Legislativo. ¿Reto? No desorientarse. ¿Logro? Promover actuación en valores. Así avanzamos. (O)