Los proyectos estatales de riego para el desarrollo son propuestos técnicamente establecidos y analizado su alcance social. Esta última condición supone que el Estado ha consultado los objetivos del proyecto con los diferentes estratos de la sociedad relacionados con el desarrollo social del mismo, donde sin duda se encuentra comprendido prioritariamente el sector de los campesinos, que se entiende es el directamente afectado por la implantación del proyecto.
Las propuestas de estos proyectos establecen, de acuerdo a los objetivos, un diagnóstico de los recursos: físicos, biológicos y sociales de la zona a intervenirse, los diseños de la infraestructura y obras civiles a construirse, los análisis económicos y financieros, cronograma de construcción y actualmente son obligatorios los análisis de impacto ambiental.
La construcción de las obras civiles y de la infraestructura de riego es costosa y para solventarlos el Estado ha recurrido al financiamiento externo lo cual indica que las indicadas agencias de financiamiento han calificado favorablemente su viabilidad.
Una vez aprobado el financiamiento de las obras del proyecto, la etapa de construcción se inicia y toma un espectacular protagonismo en la que intervienen los técnicos más experimentados, tanto de parte de los contratistas de la construcción como de los contratantes para la fiscalización y control del cumplimiento de los cronogramas. Es la etapa de las mayores inversiones en el menor tiempo, con una alta rentabilidad que permite ocupaciones bien remuneradas y condiciones confortables de trabajo.
La etapa de construcción del proyecto es también la etapa preferida de los representantes públicos de turno; significa la materialización de su obra; y con los festejos de la inauguración y felicitaciones el político siente que está cumplida la responsabilidad asumida.
Este es el encanto de la construcción de la herramienta para cumplir con los objetivos proyectados que tiene como finalidad el desarrollo, lo cual siempre olvidamos; y al salir los contratistas los proyectos no tienen los apoyos suficientes y se descuida la capacitación de los usuarios para los cuales el proyecto es desconocido, tornándose su uso en sujeto de tensiones generadas por las exigencias, las necesidades creadas para la utilización eficiente de la obra.