La derecha política, otra vez derrotada en las urnas, se oculta avergonzada y reaparece, petulante, lista para sabotear el mandato popular del 7 de mayo, en su intento por recuperar sus intereses disminuidos. La mayoría de ciudadanos y ciudadanas se pronunció en apoyo a la propuesta del Ejecutivo, y su acatamiento es obligación de todos los ecuatorianos. La pretendida burla a la decisión democrática es actitud descabellada. Los perdedores ahora invocan diálogo tardío, invitan a consultar los términos legal y legítimo e insinúan que la Asamblea deberá invertir dos años para aprobar los proyectos.
La contienda no ha terminado. El resultado electoral demuestra que no funcionaron la parcialización de los medios de comunicación “independientes”, el ocultamiento de la verdad, la malévola propaganda de la oposición y el boicot a los escrutinios. Es que los pobres del país ya comenzaron a identificar a los farsantes y a sus enemigos camuflados que se resisten a perder, definitivamente, sus privilegios. No olvidar el pensamiento de Máximo Gorki: “Se puede engañar a todo el mundo, pero no a la verdad”.
Los que temen el cambio se dan cuenta que por fin se hará realidad el derecho de los ciudadanos a recibir información veraz, verificada, oportuna, contextualizada, sin censura previa, pero con responsabilidad ulterior, dentro del nuevo orden diseñado por el gobierno de la revolución ciudadana. La ley es igual para todos y ya es tiempo de que el periodista y el articulista entiendan que son profesionales como cualquier otro, que no se libran de someterse a las leyes cuando incurran en algún delito.
Los derrotados también se preocupan porque ahora sí se va a “meter mano a la injusticia”. La justicia, actualmente, no abarca el sentido de la igualdad en su verdadera dimensión. Según el veredicto popular, los magistrados, como en ninguna época de la era republicana, no serán seleccionados por influencia política, sino de acuerdo a sus méritos y dotes morales.
Como la derecha política no da tregua y utiliza sus recursos -dinero, boicot y amenaza- para entorpecer el avance del Socialismo del Siglo XXI, Alianza PAIS se prepara en todos los frentes, reestructura sus cuadros, analiza errores y se vigoriza para otras confrontaciones. La revolución ciudadana está en la mitad del camino para lograr sus objetivos: mejorar las condiciones de vida de los ecuatorianos. Es mandato seguir en la lid.