Luego procrastinar por internet buscando las curiosidades históricas acontecidas en distintas fechas, resulta que hoy, al menos en España, se celebra el día internacional de la oscilación. Por alguna razón que desconozco, hoy se conmemora la aplicación de esta teoría de la física, como ley universal aplicable también a las ciencias sociales.
Por efectos de planificación en mis proyectos habituales, me detuve a identificar os distintos escenarios políticos, legales, sociales y económicos que están en un punto álgido en nuestro país, lejos de llegar a mi objetivo de planificación, me quedé intentando entender porqué pasan tantas cosas tan radicales, justo ahora, que tenemos la oportunidad de poner nuevas reglas, que nos pueden traer mejores resultados. Mezclando el cuestionamiento con mi procrastinación, me pregunto si estamos pasando de un extremo a otro en esto de la teoría de la oscilación.
La teoría dice que todo lo que sube, baja; todo lo que va, viene; y que cada cosa encuentra finalmente su equilibrio. Para los científicos, si es que lo miras desde el punto de vista correcto, es aplicable como ley universal.
En mi opinión, los gobiernos anteriores han tomado decisiones populistas porque para ellos, ha sido importante satisfacer al pueblo en sus peticiones aunque sea una decisión que no conviene, al final de cuentas los gobiernos son pasajeros, y la aplicación de políticas populistas satisfacen a los mandantes en la medida en la que se pueda sostener esa satisfacción durante cierto tiempo, pasado su gobierno, el desastre que queda es problema de otro.
Viene el gobierno de Guillermo Lasso avisando con extrema claridad desde su candidatura, que presentará un proyecto de ley que recomponga el problema de falta de inversión, falta de empleo, inseguridad y demás. Las decisiones drásticas no son populares, pero tal como el que tiene que esforzarse hoy haciendo lo que le incomoda, para conseguir su objetivo a largo plazo, debemos entender que los sacrificios son necesarios.
Los subsidios le cuestan al país mucho más de lo que parece, no sólo por el contrabando que es la primera excusa, sino por la cantidad de dinero que se gasta en esos subsidios, que como sabemos, están ahí para ser aprovechados por todos, pero que en mayor medida son aprovechados por los que consumen más combustibles. Si ese dinero que se fuga en contrabando y beneficios para los que más tienen, se repartiera no de manera equitativa, sino justa, entenderíamos que en lugar de subsidiarle 300 dólares de gasolina al mes al que más tiene, podríamos subirle el sueldo a los profesores, pagar por un mejor sistema de salud, mejorar el transporte público o cualquier otra cosa que no sea costearle los lujos de movilidad a los que no necesitan la condescendencia de los pobres.
“Sube la gasolina, sube todo” a menos que se haga un subsidio focalizado y diferenciado. Los que se están quejando de que no debe subir el precio del galón de diesel, sepan que gastar el diesel subsidiado para quemar llantas en las calles no es la solución. La solución está en pensar y proponer medidas que favorezcan a los que más lo necesitan y dejen de favorecer a los que no. Hay que incomodarse un poco.
También estamos acostumbrados a tener ciertas consideraciones laborales contenidas en la ley del trabajo, como 2 bonos anuales, estabilidad mínima de 3 meses, fondos de reserva, vacaciones y otras. El sueldo mínimo es bajo, pero el costo para la empresa no lo es tanto, hay un recargo de al menos el 35% del sueldo para la empresa por cada empleado. Aquí el país deja de ser atractivo para la inversión nacional y extranjera. Desde hace años que ganó la opinión popular del trabajo estable y eso nos ha llevado a que la mayoría de emprendedores desista de sus esfuerzos, porque es muy caro o porque es más cómodo trabajar para alguien más por un sueldo, consecuencia: pocas empresas que demanden empleados y muchas personas ofertando su mano de obra.
Podemos permitir la oscilación, la sociedad está dando señales de que se necesita corregir a sí misma, quiere salir de esa zona de confort y esa es la fuerza que está empujando hacia el otro lado. Al igual que un péndulo, encontramos el punto muerto y empezamos el retorno cuando reflexionamos: Ecuador es el país en el que más se emprende en Latinoamérica, pero también en el que la mayoría de emprendimientos fracasan.