Cada vez se vuelven más relevantes los días en los que se conmemoran temas relacionados con la preservación del Medio Ambiente, coherentes con la evidencia del deterioro que el accionar de los seres humanos hemos causado en el planeta.
Cada 22 de abril se celebra el Día de la Tierra, una celebración que fue impulsada por el senador estadounidense, Gaylord Nelson, quien quería crear conciencia sobre la contaminación, y efectivamente cada año se pone de relieve una temática relacionada; como en este caso, el 2024 llama la atención sobre la contaminación con plásticos, sobre todo los de un solo uso, que tanto daño causan en todos los ambientes y espacios.
Por ello, se pone énfasis en la restauración de los ecosistemas, como lo ha enfatizado Naciones Unidas, sabiéndose que hay una dependencia enorme entre la salud de los ecosistemas y la salud de nuestro planeta.
Cuando miramos a nuestro alrededor, sobre todo en los entornos urbanos, sentimos este deterioro en la calidad del aire, en la calidad del agua, en los diferentes espacios en los que nos movemos y realizamos actividades, por lo que es necesario que todos nos impliquemos en hacer de nuestro entorno, de nuestra tierra, lugares saludables para el desarrollo de nuestras actividades diarias.
La conciencia de la relación entre la tierra y la vida de los seres humanos y de todos los seres vivos es algo evidente e insoslayable, y podemos contribuir en la medida de nuestras posibilidades para que ese entorno sea mejor, sea sustentable.
Para ello, debemos pensar y actuar de manera coherente, pensando en que los actos y acciones determinan un impacto que debe ser minimizado de manera deliberada si queremos ser exitosos en nuestra lucha por una tierra sustentable.